Donald Trump presumía de pacificador y por eso sus ataques contra Irán están enfureciendo a sus bases. 

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El presidente estadounidense lleva años insistiendo en que las guerras de Ucrania y Gaza no habrían empezado si en ese momento él hubiese estado al mando del país, y durante la campaña electoral prometió que acabaría con ambos conflictos en su primer día en el cargo. "El legado del que estaré más orgulloso será el haber sido un pacificador y un unificador", dijo durante su discurso de inicio de mandato ante el Congreso

En esa línea, Trump ha tratado de mediar entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el ucraniano, Volodimir Zelenski, una posición que le ha generado importantes frustraciones y dolores de cabeza por el poco fruto que ha dado. Del lado de Gaza, hasta hace unas semanas repetía que estaba hablando con Israel para "ver si” podía “parar" el conflicto "tan pronto como sea posible", al mismo tiempo que recibía con halagos al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la Casa Blanca y le decía que EEUU tomará el control de Gaza. Mientras, la cifra de palestinos muertos en el conflicto ha subido a 55.000.

Por eso, la mayoría de sus seguidores no entienden que ahora esté valorando atacar a Irán junto a Israel bajo el pretexto de que el régimen podría estar tratando de conseguir armas nucleares, algo que incluso la inteligencia estadounidense niega. Una agencia a la que no ha tenido problema en desacreditar en público: "Está equivocada", dijo el presidente el viernes cuando la prensa le preguntó por cuando su directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, aseguró ante el Congreso que Irán no estaba contuyendo armas nucleares.

Un 53% de los seguidores de Trump están en contra de que Estados Unidos se una a los ataques de Israel contra Irán, según una encuesta que ha realizado Economist/YouGov a lo largo del fin de semana pasado. La misma muestra revela que solo el 19% están a favor de ese posible paso adelante de EEUU, mientras que un 63% quiere que la Administración negocie con Irán sobre su programa nuclear. 

Al mismo tiempo, un buen número de importantes miembros del Partido Republicano y aliados de Trump han mostrado su oposición a los últimos movimientos del presidente, y especialmente a llevarlos a cabo sin la aprobación del Congreso del país.

“Esta no es nuestra guerra. Y si lo fuese, el Congreso debería decidir sobre esos asuntos como dice nuestra Constitución”, escribió en X Thomas Massie, congresista republicano por el estado de Kentucky, el pasado lunes, en un mensaje en el que anunciaba que presentaría una resolución en la cámara para prohibir que Estados Unidos se vea envuelto en el conflicto, y que invitará a todos los congresistas a unirse.

El representante republicano por Tennessee Tim Burchett también dijo en la televisión CNN que prefería que Estados Unidos se metiese “muy poco” en el conflicto que está escalando en Oriente Medio. “No necesitamos otra guerra sin fin en Oriente Medio. Los hombres viejos toman decisiones y los hombres jóvenes mueren, esa es la historia de la guerra”, dijo. “Necesitamos tomar aire y parar esto y dejar hacer a los israelíes. En ese momento no necesitamos una guerra en tres frentes”.

Ya en el pasado otras encuestas han mostrado que los estadounidenses prefieren la diplomacia y las negociaciones a entrar en una nueva guerra, pero Trump parece no tenerlo tan claro. Esta semana, amenazó en X con matar al líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, pero dijo que “todavía” no pensaba hacerlo, y también pidió la “rendición incondicional” de Irán ante Israel. En repetidas ocasiones, ha asegurado que Irán “no puede tener un arma nuclear” y que se “asegurará” de que “eso no pasa”. 

“No podemos tener paz si Irán tiene armas nucleares”, “no pueden tener armas nucleares, es así de simple”, “no lo vamos a permitir”, “quiero ver que no hay armas nucleares en Irán, y estamos camino de asegurarnos que así sucede” son algunas de las frases que Trump ha repetido solo esta semana y que también lleva repitiendo desde 2011. Son frases que la Casa Blanca se ha preocupado de recopilar y distribuir para tratar de convencer de que el presidente no ha cambiado su relato, que siempre ha sido el mismo y que quienes lo acusan de virar en su discurso simplemente no llevan razón.

Pero que Trump tuitease en 2011 o en 2015 que Irán no puede tener armas nucleares no ha sido suficiente para que sus seguidores y algunos de aliados más cercanos no protesten viendo que el presidente podría llevar a Estados Unidos a una nueva guerra.

Uno de los primeros en mostrar públicamente su oposición fue el expresentador de televisión de la cadena Fox y líder de opinión Tucker Carlson, que atacó a Trump en redes sociales, pese a que hasta ahora lo ha apoyado en todo momento. “Merece la pena señalar que golpear solo una vez las instalaciones nucleares de Irán provocará, casi sin ninguna duda, las muertes de miles de estadounidenses en bases en todo Oriente Medio, y costará a Estados Unidos decenas de miles de millones de dólares", escribió Carlson, molesto, en su cuenta de X. 

"Y el coste de futuros actos de terrorismo en territorio americano podría ser incluso más alto. No son suposiciones. Son las estimaciones del propio Pentágono. Una campaña de bombardeos contra Irán provocará una guerra, y será una guerra de Estados Unidos. No dejéis que los propagandistas os mientan", añadió el expresentador, provocando reacciones de apoyo de muchas personas que reconocían que era la primera vez que estaban de acuerdo con él.

Esa misma tarde, en el programa del exasesor de Trump Steve Bannon, Carolson también dijo que los "enemigos del presidente están trabajando para destrozar al [movimiento de seguidores de Trump] MAGA con la guerra en Irán". "La verdadera división no es entre las personas que apoyan a Israel y las personas que apoyan a Irán o a los palestinos. La verdadera división es entre esos que a veces apoyan la violencia y los que luchan por prevenirla", opinó en esa misma línea el pasado 13 de junio. “Si Israel quiere librar esta guerra, tiene todo el derecho a hacerlo. Es un país soberano y puede hacer lo que quiera. Pero no con el apoyo de Estados Unidos”, dijo Carlson.

Otra reacción sorprendente, por el apoyo incondicional que, como Carlson, había mostrado hasta ahora hacia Trump, ha sido la de la congresista Marjorie Taylor Greene. “Si no luchamos por nuestro propio país y nuestra propia gente nunca más tendremos un país para nuestros hijos y nuestros nietos. Y que las guerras en el extranjero/intervenciones/cambios de regímenes ponen a Estados Unidos al final, matan a personas inocentes y nos arruinan, y en último lugar nos llevarán a la destrucción. Eso no es de chiflado [la palabra que usó Trump para referirse a él]. Es lo que votaron millones de estadounidenses. Es lo que creemos en América Primero".

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