A más de 370 millones de kilómetros de la Tierra, entre las órbitas de Marte y Júpiter, flota uno de los cuerpos celestes más singulares jamás estudiados: el asteroide Psyche 16. Su particularidad no reside en su tamaño (de unos 200 kilómetros de diámetro) ni en su trayectoria estable, sino en su composición. Psyche 16 está formado, casi en su totalidad, por metales pesados como hierro, níquel, platino e incluso oro.

PUBLICIDAD

Tanto es así, que se ha llegado a afirmar que este asteroide podría convertir en millonarios a todos los habitantes de la Tierra. Pero, ¿qué hay de cierto en esa afirmación?

Un tesoro en el cinturón de asteroides

Descubierto en 1852 por el astrónomo Annibale de Gasparis, Psyche 16 ha ganado relevancia en los últimos años. Esto es gracias a los avances en astronomía y a una misión específica de la NASA que busca explorar sus secretos. Según las estimaciones más audaces, su contenido metálico podría alcanzar un valor total de hasta 700 quintillones de dólares.

Para entender la magnitud de esta cifra, si ese valor se distribuyera entre toda la población mundial, cada ser humano recibiría cerca de 90.000 millones de euros, según cálculos citados por La Razón. No obstante, los científicos matizan que esta estimación se basa en hipótesis y que su valor real depende de factores como la densidad, la composición exacta y la posibilidad (hoy lejana) de extraer sus materiales.

¿Puede Psyche 16 cambiar la economía global?

En teoría, sí. Si fuera posible transportar a la Tierra cantidades masivas de metales preciosos desde el espacio, su sobreabundancia provocaría un desplome inmediato de los precios, generando un efecto dominó en sectores tan dispares como la electrónica, la automoción o la banca.

Pero en la práctica, los riesgos económicos son aún muy hipotéticos. Actualmente, la humanidad carece de la infraestructura, la tecnología y la rentabilidad necesarias para explotar un cuerpo de estas características. El coste de enviar misiones mineras a Psyche 16 superaría con creces cualquier beneficio inmediato.

Por ello, más que una amenaza económica, Psyche se presenta como una oportunidad científica.

La misión Psyche: una ventana al núcleo de los planetas

En octubre de 2023, la NASA lanzó la misión Psyche, una sonda que, si todo transcurre según lo previsto, llegará al asteroide en 2029. Su objetivo no es extraer minerales, sino estudiar la estructura interna y el origen geológico de este objeto.

Los científicos creen que Psyche 16 podría ser el núcleo expuesto de un planeta rocoso primitivo que no llegó a formarse por completo. En otras palabras, un vestigio de lo que habría sido un planeta fallido, atrapado en el tiempo. Comprender su composición y comportamiento podría arrojar luz sobre cómo se formaron los planetas interiores del sistema solar, incluida la Tierra.

La nave analizará la superficie del asteroide, sus campos magnéticos, y la posible presencia de elementos hidratados, como agua en forma mineral, algo que ya ha detectado el telescopio James Webb.

Una riqueza inalcanzable… por ahora

Aunque las cifras astronómicas de su valor han capturado la imaginación del público, los expertos insisten en que no existe un plan a corto plazo para la minería espacial. El verdadero tesoro de Psyche no es su contenido metálico, sino el conocimiento que puede aportar a la ciencia planetaria y a la exploración del espacio profundo.

Además, si algún día se desarrolla tecnología capaz de explotar estos recursos, será necesario establecer un marco legal y económico internacional para evitar un nuevo "salvaje oeste espacial".

PUBLICIDAD