Hace solo unas semanas, el presidente estadounidense, Donald Trump, avivó en su red social una teoría de la conspiración que defiende que el expresidente Joe Biden fue asesinado en 2020 y reemplazado por un clon o un robot. De provenir de cualquier otro líder, la noticia habría abierto periódicos y telediarios, pero esta vez apenas sorprendió a nadie: al fin y al cabo, Trump lleva toda su vida impulsando teorías conspirativas, hasta el punto que llegó a la fama gracias a una de ellas -la que defendía que Barack Obama no era ciudadano americano y era musulmán, en 2010-.
A lo largo de su carrera, el magnate ha promovido un sinfín de bulos, como el del Pizzagate que acusaba a los Clinton de pedófilos, el que decía que Kamala Harris no era estadounidense, o el que mantenía que el canadiense Justin Trudeau era hijo de Fidel Castro, entre muchos otros relacionados con QAnon, el robo de las elecciones o las muertes del Covid y otras vacunas.
Pero lo que probablemente Trump no podía imaginarse es que una de sus teorías de la conspiración iba a volvérsele en contra durante este, su segundo mandato al frente de Estados Unidos, hasta el punto de enfurecer a sus bases. Muchos de sus seguidores esta semana se han mostrado traicionados, enfadados y suspicaces ante las últimas noticias relacionadas con el caso Jeffrey Epstein, al que el presidente ha tratado de quitarle importancia, sin conseguirlo. Incluso el exasesor de Trump Steve Bannon ha advertido de que el Partido Republicano podría perder 40 congresistas en las elecciones de medio mandato de 2026 por la mala gestión de este caso.
"¿Qué está pasando con mis chicos y, en algunos casos, chicas? (…) Estamos en un equipo, el MAGA, y no me gusta lo que está pasando. Tenemos una Administración PERFECTA, somos LA COMIDILLA DEL MUNDO, y "gente egoísta" están intentando hacernos daño, todo por un tipo que nunca muerte, Jeffrey Epstein. Durante años, ha sido Epstein, una y otra vez (…). No perdamos el tiempo y la energía con Jeffrey Epstein, que no le importa a nadie", ha escrito este sábado el presidente en su red social, Truth Social, ante el evidente revuelo entre sus seguidores.
El enfado proviene de que el propio Trump durante la campaña electoral alimentó la idea de que si llegaba a la presidencia "desclasificaría los archivos de Epstein", una tendencia que continuaron avivando muchos de quienes ahora conforman su gabinete, pero ahora que está en el poder su Administración ha anunciado que no hay ninguna lista de clientes que publicar y que el financiero neoyorquino no se suicidó, dando carpetazo al caso… e impulsando que periodistas, seguidores y curiosos rebusquen con éxito en la hemeroteca reciente.
“¿Veremos el nombre de los perpetradores?”, preguntó hace unos meses un periodista de la cadena Fox a la actual fiscal general estadounidense, Pamela Bondi. “No se puede retener nada al respecto”, respondió tajante ella. "¿Qué demonios están haciendo los republicanos del Congreso? Tienen la mayoría. ¿Por qué no pueden conseguir la lista? Por eso es por lo que Estados Unidos odia al Congreso. Ni siquiera podemos conseguir documentos básicos. Poneos vuestros pantalones de niño grande y decidnos quiénes son los pedófilos", dijo en un podcast el actual director del FBI, Kash Patel, en 2023.
El caso de Jeffrey Epstein lleva años siendo un tema recurrente en Estados Unidos, pero especialmente entre los votantes republicanos, después de que fuese acusado en 2019 de reclutar a decenas de mujeres menores de edad, algunas de solo 14 años, para tener relaciones sexuales con ellas y abusar sexualmente de algunas en sus mansiones de Florida y Nueva York. Pero antes de ser condenado murió en prisión. Su socia Ghislaine Maxwell sí fue condenada a 20 años de prisión por conspiración para abuso sexual de menores.
"Hay una razón por la que lo están ocultando", dijo en otra entrevista el actual subdirector del FBI, Dan Bongino, a la vez que sugirió que Epstein no se suicidó: "Epstein murió en circunstancias como mínimo sospechosas".
La lista de declaraciones similares es inmensa. La misma fiscal alimentó en televisión la idea de que la oficina del FBI de Nueva York estaba evitando enviarle las "miles de páginas" de los documentos del caso que en su opinión el público ten derecho a conocer". "El director [del FBI] Patel va a conseguir un informe detallado sobre por qué el FBI ha retenido todos esos documentos", aseguró, añadiendo que "un camión de pruebas llegó" a Washington después de que su Departamento de Justicia pidiese esos archivos.
En la misma línea, Patel hizo creer, entrevistado por el periodista conservador Benny Johnson, que el Gobierno anterior -el de Joe Biden- no había publicado la famosa lista "simplemente, por quién hay en esa lista". "¿No crees que Bill Gates está haciendo lobby en el Congreso día y noche para evitar que esa lista se publique?". El director del FBI, más recientemente, en noviembre, afirmó que era imprescindible "recuperar la confianza en las agencias y departamentos" del Gobierno estadounidense y que la manera de hacerlo era publicando la lista de Epstein. "Eso es lo que temen de Trump... están aterrorizados".
Pero hoy el Gobierno quiere convencer de que esa lista no existe, y quienes protagonizaron esas declaraciones hacen lo posible por defenderse. Este fin de semana, el rumor que las bases MAGA extendían y que ha confirmado la CNN es que Bongino, el subdirector del FBI, estaría valorando dimitir en medio de la presión por el caso Epstein, y de un fuerte choque con el Departamento de Justicia que dirige Bondi.
El Departamento de Justicia concluyó el lunes que no había pruebas que apoyasen las teorías de la conspiración alrededor de la muerte de Epstein y sus supuestos clientes, en contraposición a lo que los actuales líderes del FBI habían mantenido. En concreto, el informe concluyó que en los más de 300 gigas de información no había ninguna lista de clientes y ninguna prueba de que Epstein hubiese extorsionado a famosos. También confirmó que el empresario se suicidó en su celda mientras esperaba al juicio, y que no fue asesinado. La noticia generó un enorme interés por parte del público estadounidense y, por tanto, de los medios.
“¿Aún estáis hablando de Jeffrey Epstein?”, se preguntó enfadado Trump en una rueda de prensa el martes cuando un reportero le preguntó sobre el caso. “Se lleva hablando de este tipo años… [hoy] tenemos Texas, tenemos esto, tenemos tantas cosas... y la gente está hablando todavía de este pervertido. Es increíble. No puedo creer que estés preguntando sobre Epstein”, lamentó. Esta misma semana, el presidente ha defendido al director del FBI y a la fiscal general llamándolos "los mejores profesionales" después del sinfín de ataques que han recibido por este cambio de postura.
Unas de las declaraciones que más han dado que hablar han sido las que dio a la Fox la fiscal general en una entrevista en febrero, cuando aseguró que la famosa lista Epstein estaba encima de su mesa. "Está ahora mismo en mi escritorio para que la revise. Ha sido una orden del presidente Trump, y lo voy a revisar". Este martes, Bondi ha defendido que no se refería a la lista -pese a que la pregunta del periodista y a la que ella respondió preguntaba específicamente por la "lista de clientes de Epstein"-, sino a los papeles del caso en general.
"En febrero di una entrevista a la Fox que está atrayendo mucha atención porque me preguntaron por la lista de clientes y mi respuesta fue "está en mi mesa para ser revisada", refiriéndome a todo el archivo junto a los de JFK [John Fitzgerald Kennedy] y MLK [Martin Luther King]. Es lo que quería decir". Más recientemente, en una entrevista con el famosísimo podcaster Joe Rogan, el director del FBI también ha tratado de defenderse: "¿Tú crees que yo y Bongino participaríamos en esconder información sobre las grotescas actividades de Epstein? El problema es que ha habido gente que durante 15 años han creado ficciones sobre esto que no existen".
Son contradicciones suficientes para que muchos de los más acérrimos seguidores de Trump estén pidiendo explicaciones y la dimisión de la fiscal. Marjorie Taylor Greene, congresista republicana del estado de Georgia, está en el primer grupo. "Nadie se cree que no exista una lista de clientes. ¿Qué pasa con el libro pequeño y negro? El libro de 97 páginas que contiene los nombres y los contactos de casi 2.000 personas incluyendo a líderes mundiales, famosos y empresarios", ha escrito esta semana en X.
"Alguien tiene que ser despedido por esto. Este es un asunto que preocupa profundamente a los estadounidenses", protestaba la amiga de Trump Laura Loomer este viernes en X, culpando a la fiscal general de la "falta de transparencia" en lo referente a los archivos de Epstein, y defendiendo a Patel y a Bongino, quienes según su testimonio estarían "furiosos" contra la fiscal. "Kash Patel y Dan Bongino deberían pedir públicamente la dimisión de la rubita [juego de palabras que consiste en convertir el apellido de la fiscal, Bondi, en la palabra rubita en inglés, Blondie] para salvarse ellos y pedir transparencia total en los archivos de Epstein. Darle a la rubia la cortesía para que dimita es más de lo que se merece. Trump debería DESPEDIRLA".
A esa petición de Loomer parecía contestar Trump cuando este sábado publicó su largo mensaje en Truth Social en el que pedía dejar de insistir en el caso Epstein y además defendía a su fiscal general, dejando claro que no piensa despedirla. "Bondi está haciendo un TRABAJO FANTÁSTICO. DEJADLA HACER SU TRABAJO. ES GENIAL", ha escrito.
Mientras, hay quienes han tratado de defender al presidente… con escaso éxito. El presentador y comentarista de televisión Bill O'Reilly ha asegurado que Trump le ha dicho que los archivos de Epstein no pueden publicarse porque podrían "destrozar a mucha gente". Y en ese contexto, ahora muchos aliados de Trump se muestran decepcionados y acusan al director del FBI y a su subdirector de ser "rehenes del estado profundo". Por ejemplo, la organización conservadora Judicial Watch, que está liderada por el amigo de Trump Tom Fitton, ha criticado con ferocidad la no publicación de los archivos.
¿Existe realmente la lista de Epstein? En ese caso, ¿qué motivos tiene Trump para ocultarla? Y, si no es así, ¿por qué avivó la idea de que sí que existía, si sabía que podía llegar al poder y tendría que cumplir su palabra? Una periodista del Miami Herald, Julie Brown, que lleva siguiendo el caso durante años, ha dicho que es bastante dudoso que exista esa lista, y que cree que es algo que inventaron los conspiranoicos para ganar dinero con sus podcasts. Quizá el tiempo determine si lleva razón.
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