España se mantiene en la tercera división europea de la innovación, según el último informe publicado este martes por la Comisión Europea. Con una puntuación de 104,3 puntos, el país figura entre los Estados miembros con un nivel "moderado" de innovación, todavía por debajo de la media comunitaria, que se sitúa en 112,6.
Pese a haber mejorado ligeramente su rendimiento respecto al año anterior (1,9 puntos más), España no logra salir del grupo intermedio y se queda en la posición 15 de los 27 países de la Unión Europea. Malta (107 puntos), Eslovenia (106,6) e Italia (104,7) preceden a España en esta categoría, mientras que Portugal (102,2), Chipre (94,7) y Lituania (91,2) completan el grupo.
Las principales debilidades señaladas por Bruselas se concentran en la innovación del tejido empresarial: baja inversión en I+D por parte de las empresas, escasa colaboración entre pymes y consorcios público-privados, limitada solicitud de patentes y marcas, así como unas exportaciones reducidas de productos tecnológicos o servicios intensivos en conocimiento. También queda margen de mejora en la producción científica, tanto en cantidad como en impacto.
Cinco comunidades por encima de la media
Frente a estos déficits, el informe destaca algunos puntos fuertes. España presenta un buen nivel de acceso a internet de alta velocidad, una población relativamente bien formada en competencias digitales y estudios superiores y un entorno favorable en términos de apoyo público a la investigación y la innovación, incluyendo inversiones en capital riesgo.
El informe regional de innovación, también publicado por la Comisión, matiza el panorama con datos por comunidades autónomas. Cinco regiones españolas (Cataluña, País Vasco, Madrid, Navarra y la Comunidad Valenciana) se sitúan en la segunda división europea y son consideradas "innovadoras fuertes". El resto de comunidades permanece en la categoría de innovación moderada, con Ceuta y Melilla en el nivel más bajo, el de "innovadores emergentes".
El mapa regional europeo confirma una tendencia ya habitual: la mayor capacidad innovadora se concentra en el norte y el oeste del continente, en especial en países como Suecia, Dinamarca, Países Bajos, Alemania, Bélgica o Austria. Por el contrario, las regiones con menor desempeño innovador se encuentran en el este, sobre todo en Bulgaria, Rumanía, Grecia, Polonia o los países bálticos, con la excepción de Estonia, que se mantiene en la segunda categoría. En el extremo opuesto del informe se sitúan los "líderes innovadores" de la UE: Suecia (155,5 puntos), Dinamarca (152), Países Bajos (145,3) y Finlandia (141,1). Unas cifras que casi duplican las de España y que evidencian la brecha estructural en el ecosistema de innovación europeo.
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