A Valeri Fedorovich Zaluzhni (Novohrad-Volinski, 1973) se le conocía como El general de hierro. Era el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania cuando Rusia invadió el país vecino. Zaluhzni temía que los rusos extendieran la guerra localizada desde 2014 en el Donbás meses antes de que dieran el paso el 24 de febrero de 2022. Para los ucranianos es un héroe. Desde marzo pasado es embajador en Londres. A pesar de que no hay elecciones a la vista por la guerra, la eventual candidatura de Zaluzhni es un secreto a voces. Su popularidad pondría en problemas al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. 

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Sin embargo, Zaluzhni va a ir de cara. No quiere ser un traidor y no va a mover ficha mientras su país atraviese dificultades y sea necesario un mensaje de unidad. Su rectitud ha debido sorprender al vicepresidente estadounidense, JD Vance. The Guardian ha dado a conocer que JD Vance intentó contactar con Zaluzhni con la idea de trasladarle que verían con unos ojos su candidatura. Pero ni siquiera contestó las llamadas. Es fácil adivinar de dónde viene la filtración. 

Es un hecho que Zelenski crispa a Trump y a su entorno. Fue evidente en primer encuentro en la Casa Blanca el pasado 1 de marzo. Donald Trump intentó humillar al presidente ucraniano, y uno de los más beligerantes contra Zelenski fue JD Vance. Gracias al apoyo de los principales líderes europeos, que han aconsejado al presidente ucraniano cómo tratar a Trump, la última cita en Washington fue muy diferente.

Pero si hay alguien admirador de Putin en la Casa Blanca, ese es JD Vance. Su devoción filorrusa y su ignorancia le convierten en un peligro para la causa ucraniana. En una entrevista reciente, decía a que la Segunda Guerra Mundial también acabó con una negociación, cuando fue una rendición tras la derrota de las fuerzas del Eje. Zaluzhni no quiere llegar a la Presidencia con amigos de este calado. 

Discrepancias con Zelenski pero total respeto

De hecho, Zaluzhni está siendo muy discreto. Durante sus años como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, tuvo momentos de discrepancias serias con Zelenski. Por ejemplo, el general estaba convencido de que los rusos atacarían pero el político temía que solo fuera una maniobra de confusión y que trasladar ese mensaje a la población sembraría el pánico.  Zelenski luego se distinguió por su coraje al preferir quedarse en Kiev a pesar de que los americanos le ofrecían ponerse a salvo y dar por perdida la batalla. Ese gesto le ganó el respeto dentro y fuera del país. A partir de entonces, Zelenski se dedicó más a ganarse el necesario apoyo a Ucrania en el exterior y Zaluzhni se empleó a fondo con las tropas, para que usaran lo que habían aprendido en los años de combate frente a los rusos en el Dombás. 

Zelenski mantuvo a Zaluzhni al frente de las Fuerzas Armadas hasta febrero pasado. Entonces anunció su relevo por Oleksander Sirski, que había estado a cargo de las fuerzas terrestres. Aunque se sabía que no habían logrado solventar sus divergencias, se mostraron amistosos al dar a conocer la noticia. 

“Nuestra batalla continúa y cambia diariamente. Las tareas de 2022 son diferentes de las tareas de 2024. Por lo tanto, todos deben cambiar y adaptarse también a las nuevas realidades. Para ganar juntos”, escribió en sus redes Zaluzhni al darse a conocer su destitución. 

La vida londinense

A Zaluzhni le habrían ofrecido entonces un puesto como asesor del Gobierno de Zelenski pero no lo aceptó. Así acabó como embajador en el Reino Unido, un puesto totalmente diferente a su cometido los dos primeros años de guerra. Tuvo que ser muy extraño para el general pasar del campo de combate a los salones frecuentados por la diplomacia en una ciudad tan cosmopolita como Londres. Según The Guardian, Zaluzhni ha llevado con discreción su nuevo destino pero ha habido alguna salida llamativa. pensamos que si va al teatro o a la ópera precisa un dispositivo extraordinario de seguridad. 

El destino parece el ideal para que los ucranianos se olviden de Zaluzhni mientras llegan las elecciones presidenciales. Ucrania debería haber celebrado elecciones hace un año pero mientras haya guerra no se dan las condiciones para que sean justas y transparentes.

El Kremlin, que detesta a Zelenski por no haberse convertido en una marioneta y por haber resistido, está muy preocupado por la democracia ucraniana. Ha trasladado a los americanos la idea de que es una anomalía tremenda que Zelenski siga en el poder. En las últimas presidenciales a las que concurrió Putin, quedaron fuera de juego todos los candidatos que planteaban un desafío al líder ruso. Putin lleva dos décadas en el poder, sin dejar el más mínimo resquicio a la verdadera oposición. 

La cuestión es que el liderazgo de Zelenski en los últimos meses se ha debilitado. Su intento de controlar los organismos relacionados con la corrupción, según sus críticos para eliminar a posibles disidentes, acabó con las primeras manifestaciones contra el presidente en las calles desde el inicio de la guerra. Justo en esas fechas Zaluzhni estuvo en Kiev al igual que otros embajadores ucranianos. No hizo ninguna crítica. 

En Londres también trata de evitar entrevistas o comparecencias donde pudiera verse en apuros. Nunca ha negado que quiera ser candidato en un futuro pero tampoco lo afirma. La unidad de Ucrania en este momento crítico es prioritaria para el general de hierro. Según The Guardian, Zaluzhni habría asegurado a Andrei Yermak, el poderoso jefe de gabinete de Zelenski, que si toma la decisión de competir por la Presidencia antes se lo anunciaría al Gobierno. La idea del entorno de Zelenski era persuadirle para que se uniera a su equipo cuando sean las elecciones pero lo ha rechazado. 

Campaña de relaciones públicas

Hay algunas señales que muchos han considerado indicativas de que efectivamente se está preparado en Londres para dar el salto a la política. Según Katie Livingstone, periodista estadounidense que trabaja como freelance en ucrania para Newsweek o The Insider, la persona clave de la organización de su campaña sería Viktoria Syumar, del partido Solidaridad Europea.

Los medios están a cargo de la ex periodista de la BBC Oksana Torop, y también estaría en el equipo Polina Lysenko, que ayudaría a consolidar su posición fuera de Ucrania. De momento, todo se reduce a una soterrada campaña de relaciones públicas, sin nada oficial. 

Tanto como general como en su faceta de embajador Zaluzhni se ha distinguido por cualidades raras en un político: es leal, disciplinado tiene sentido de Estado. Demostró que era capaz de enfrentarse en el campo de batalla a un enemigo muy superior sin amedrentarse y así se ganó el respeto de los militares y de los ciudadanos. Sabe que un pueblo digno como el ucraniano merece gobernantes que estén a su altura. 

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