El Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, es escenario de la cuarta ronda de negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China, en un intento por rebajar tensiones sobre aranceles, tecnología y seguridad nacional.

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La delegación estadounidense está encabezada por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, mientras que la representación china la lidera el viceprimer ministro He Lifeng. Ambas partes mantendrán reuniones en Madrid hasta el miércoles 17 de septiembre, según confirmaron funcionarios de ambos países.

El Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent (i), en su reunión con el viceprimer ministro chino chino He Lifeng (2d), este domingo en Madrid. | Efe

TikTok y los aranceles en el centro del debate

Entre los temas más delicados figura el futuro de TikTok en Estados Unidos. Washington ha dado a la matriz china, ByteDance, hasta el 17 de septiembre para desprenderse de su filial estadounidense o enfrentarse a un veto. El asunto se ha convertido en un punto clave de la agenda bilateral, junto a la discusión sobre la escalada de aranceles recíprocos y las presiones de Washington para imponer más control sobre las compras de petróleo ruso por parte de Pekín.

Según Reuters, los equipos negociadores han explorado la posibilidad de prorrogar los plazos para la desinversión de TikTok, aunque reconocen que un acuerdo integral sobre comercio y tecnología aún parece lejano. Analistas citados por The New York Times advierten de que, sin la intervención directa de los presidentes Donald Trump y Xi Jinping, los progresos podrían limitarse a compromisos parciales.

España, anfitrión diplomático

El Gobierno español ha expresado su “plena satisfacción” por la elección de Madrid como sede de esta ronda de conversaciones. Fuentes del Ejecutivo subrayan que la designación “supone un reconocimiento a nuestro país y a la apuesta permanente del Gobierno por la diplomacia y la negociación constructiva como herramientas indispensables para garantizar el entendimiento entre naciones”.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, recibió a las delegaciones en el Palacio de Santa Cruz y destacó que España “apoya de esta manera el diálogo entre ambas potencias, esencial para la estabilidad y la prosperidad mundiales”.

En un comunicado, Exteriores insistió en que el Ministerio actúa como “puente para el acercamiento y el diálogo” y celebró la confianza de Washington y Pekín al escoger a Madrid como lugar de reunión. Para España, el gesto supone una oportunidad de reforzar su perfil internacional como mediador en asuntos estratégicos, en una coyuntura marcada por el caso Huawei y el uso del gigante chino por el ministerio del Interior que a principios de verano causó malestar en Washington.

Perspectivas y desafíos

Las conversaciones en Madrid constituyen la cuarta ronda de negociaciones tras las celebradas en Ginebra, Londres y Estocolmo. Aunque ambas potencias buscan evitar una escalada arancelaria que perjudique a la economía global, persisten desacuerdos estructurales sobre subsidios, controles de exportación y el modelo económico chino.

“Estamos viendo un esfuerzo por mantener abierto el canal de diálogo, pero no necesariamente un camino hacia un acuerdo final”, explicó a NYT un diplomático europeo familiarizado con las conversaciones.

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