En plena resaca por la suspensión de la Vuelta 2025 tras las manifestaciones en contra de Israel, que obligaron a poner un fin abrupto a una de las competiciones ciclistas más importantes del mundo, el líder del PP ha devuelto a la izquierda el argumentario sobre quién polariza, amenaza o amedranta. Ante la plana mayor de su partido, Alberto Núñez Feijóo no ha dudado en calificar de "violencia política" el "impedir que una competición deportiva termine". Entiende el presidente del primer partido de la oposición que llamamientos a sumarse a las manifestaciones propalestinas de este domingo en plena Vuelta, como hizo Pedro Sánchez, sirven a una táctica divisoria de la sociedad con la que se tapa a su juicio, la falta de proyecto del Ejecutivo de coalición.

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"Es su única estrategia", lo quiere todo, ha agregado en alusión al inquilino de la Moncloa, "enfrentado y roto" como método de acción política. Frente a la "toxicidad, sentido común. Llevarlo todo al extremo nos desgarra como nación y lleva a consecuencias funestas".

Defiende Feijóo que es compatible "repudiar lo que ocurre en Gaza sin caer en el antisemitismo, señalar nacionalidades o ser felicitado por un grupo terrorista", en alusión a Hamás. Pero también "se puede condenar la violencia sin sesgos" y tampoco lo debe haber, ante el asesinato del activista ultra estadounidense Charlie Kirk, ha subrayado. Y ha seguido con las comparaciones para destacar que se puede ser de izquierda "y no amparar la dictadura criminal de Maduro, querer seguridad sin ser xenófobo o un país unido sin ser calificado de facha".

Advertencia a Vox

Llamativa ha sido la alusión velada a Vox. Tras describir un escenario catastrófico e la situación política, ha insistido es su tesis de que la España post-Sánchez no necesita un cambio cosmético sino una "reparación y reconstrucción completa. Necesitamos un cambio profundo, del todo, sin concesiones", ha abogado ante los suyos. Para ello, ha anunciado que el PP no cederá "un milímetro de terreno a este Gobierno; no caeremos en su trampas y tendremos la guardia alta". Pero, también, cuando llegue ese hipotética alternancia de gobierno "no se concederá un milímetro de terreno a quien no crea en ese cambio. España no quiere más circo, quiere más pan. No quiero un cambio de espectáculo, quiero un país soportable", en referencia a Santiago Abascal y los suyos

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