El de este lunes marca el cuarto encuentro entre ambos en lo que va de 2025. Y puede ser el más imprevisible y difícil para el hombre que mantiene la guerra en Gaza a pesar del rechazo interno del ejército y la opinión pública y la repulsa internacional. El presidente estadounidense Donald Trump recibe en la Casa Blanca al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu con un objetivo declarado: presionar para poner fin a la guerra en Gaza, a punto de cumplirse dos años, que ha asesinado a más de 66.000 palestinos. La cita coincide con la filtración de un plan de paz en 21 puntos, que prevé un alto el fuego inmediato, la liberación de rehenes y un futuro gobierno transitorio en la Franja bajo supervisión internacional. En unas declaraciones ambiguas, Trump dijo ayer domingo que las negociaciones para el alto el fuego se hallan “en sus etapas finales”.

El plan menciona la posibilidad de que un órgano internacional, liderado por el ex primer ministro británico Tony Blair, administre Gaza de forma temporal. La idea genera escepticismo. “Hay una cierta ironía en el ‘Trump Plan’”, admite en declaraciones a El Independiente James Gelvin, profesor de historia en la Universidad de California. “Un ex primer ministro de Gran Bretaña —la potencia que gobernó Palestina de manera desastrosa hasta 1947— estaría llamado a convertirse en el ‘procónsul’ de un Estado palestino en formación. Además de la ironía, el plan es inútil. Netanyahu prometió esta misma semana que no habrá un Estado palestino entre el Mediterráneo y el Jordán”.

A su juicio, el primer ministro israelí “ha lanzado una campaña genocida contra los palestinos en Gaza” en la que juega con Trump, “que olvida el martes lo que comprometió el lunes”. “Solo hay que mirar su reciente cambio de postura sobre Ucrania”, desliza.

Tony Blair y dudas de la región

Kawa Hassan, experto en Oriente Próximo y norte de África del centro de análisis Stimson, advierte que la propuesta carece de claridad y respaldo regional. “No tenemos claridad sobre el papel de Blair: si será presidente, miembro de un consejo supervisor o qué figura ocuparía”, explica. “Y lo más importante: no sabemos cuál es la posición de Egipto, Jordania, Emiratos Árabes Unidos o Arabia Saudí”.

Su figura despierta un historial de desconfianza entre los palestinos. “Cuando fue representante del Cuarteto, los palestinos no estaban realmente contentos con él. No estoy seguro de que Blair vaya a ser aceptado por los palestinos para liderar una autoridad internacional de transición”, afirma.

Para Hassan, lo esencial sigue siendo detener la ofensiva militar. “La prioridad, y con razón, es acabar con la destrucción israelí en Gaza. Si Trump está realmente dispuesto a presionar a Netanyahu para poner fin a la guerra y establecer algún tipo de autoridad transicional apoyada por países árabes e islámicos, eso sería positivo para la gente de Gaza. Pero ese es un gran ‘si’”.

La principal incógnita es si precisamente Trump tratará de poner coto a Netanyahu. “Ha sido bastante crítico con Netanyahu al decir que no le permitiría anexionar Cisjordania, pero Trump suele dejarse influir por las últimas personas con las que se reúne. Así que se reunirá con Netanyahu este lunes. Y tendremos que esperar a ver cuál será el resultado de esa reunión. ¿Qué dirá Trump? Eso nos dará un poco más de claridad”, agrega Hassan.

El plan de Washington

Trump ha presentado la iniciativa como un momento histórico. “Todo el mundo se ha unido para lograr un acuerdo, pero aún tenemos que concretarlo”, declaró este domingo a Axios. “Los países árabes fueron fantásticos en este proceso. El mundo árabe quiere paz, Israel quiere paz y Bibi quiere paz”. “Si lo conseguimos, será un gran día para Israel y para Oriente Medio. Será la primera oportunidad de alcanzar una paz real en Oriente Medio. Pero primero tenemos que conseguirlo”.

Según el Washington Post, el plan establece que “todas las armas de Hamás serían destruidas” y que algunos militantes podrían recibir amnistía y salida segura hacia terceros países. Además, prevé la liberación de los 20 rehenes israelíes con vida en 48 horas, así como la devolución de al menos 24 cuerpos de cautivos fallecidos. Por cada rehén israelí cuyo cadáver sea entregado, Israel devolvería los restos de 15 palestinos.

El choque con Netanyahu

Netanyahu, sin embargo, mantiene otra agenda. Antes de viajar a Washington, declaró que expondrá a Trump “la necesidad de completar los objetivos de la guerra” y de expandir “el círculo de paz” con países árabes. También lo recalcó ante la Asamblea General de la ONU, donde -en mitad de la desbandada de decenas de países- volvió a insistir en que “Israel debe acabar el trabajo en Gaza”.

Fuentes israelíes consultadas por Haaretz señalan que, al menos por ahora, el gobierno considera que “nadie más que Israel es capaz de garantizar que Gaza permanezca desmilitarizada”. Mientras tanto, sobre el terreno, el conflicto continúa. Más de dos millones de gazatíes se encuentran desplazados. Los hospitales en el sur de la Franja están colapsados y sin combustible​. Egipto y Qatar han intensificado gestiones para asegurar garantías de reconstrucción.

Principales puntos del nuevo plan de Trump

  1. Congelar todas las operaciones de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en Gaza. Las fuerzas de las FDI se retirarán finalmente de la Franja, a una «presencia perimetral» sin especificar.
  2. Todos los rehenes israelíes vivos serán liberados en un plazo de 48 horas.
  3. Al menos 24 cadáveres de rehenes fallecidos serán entregados en un plazo de 48 horas.
  4. Por cada rehén israelí cuyos restos sean entregados, Israel entregará los restos de 15 palestinos fallecidos.
  5. Israel liberará a 250 presos palestinos condenados a cadena perpetua.
  6. Israel liberará a 1700 palestinos detenidos después del 7 de octubre.
  7. Se establecerá una fuerza internacional de estabilización temporal para Gaza.
  8. Se establecerá un gobierno de transición temporal, supervisado por un organismo internacional.
  9. La Autoridad Palestina se someterá a reformas hasta que se considere apta para gobernar la Franja de Gaza.
  10. Una vez que se hayan tomado las medidas mencionadas y se hayan llevado a cabo las reformas, «por fin se darán las condiciones para un camino creíble hacia la creación de un Estado palestino, que reconocemos como la aspiración del pueblo palestino».