Un análisis de sangre realizado a 24 altos cargos políticos de 19 países de la Unión Europea ha revelado que más de la mitad presentan concentraciones "preocupantes" de PFAS –sustancias químicas sintéticas persistentes, conocidas como los tóxicos eternos– que podrían suponer riesgos para su salud.
El estudio se llevó a cabo a instancias del ministro danés de Medio Ambiente, Magnus Heunicke, quien aprovechó la presidencia de turno del Consejo de la UE para promover una reflexión sobre la exposición generalizada a estas sustancias. Con la colaboración de la Oficina Europea de Medio Ambiente (EEB, por sus siglas en inglés), Heunicke invitó a sus homólogos a someterse voluntariamente a los análisis durante la reunión informal de ministros celebrada en julio en la ciudad danesa de Aalborg.
Entre los participantes figuran la comisaria europea de Medio Ambiente, Jessika Roswall, los ministros del ramo de Bélgica, Croacia, Chipre, Dinamarca, Estonia, Francia, Alemania, Irlanda, Lituania y Malta, además de más de media docena de secretarios o vicesecretarios de Estado –entre ellos el español Hugo Morán– y varios directores generales y altos funcionarios.
"Exposición generalizada" a sustancias tóxicas
Las muestras, que rastrearon únicamente 13 de los miles de compuestos existentes, detectaron entre tres y ocho tipos de PFAS en el plasma sanguíneo de todos los políticos analizados. En la mitad de los casos, las concentraciones superaban los niveles considerados de riesgo. Según el comunicado de la organización Hogar sin Tóxicos, una de las 111 entidades europeas firmantes de un manifiesto que pide tratar la contaminación por PFAS como una "situación de emergencia", los resultados ponen de relieve "la exposición generalizada" a estas sustancias químicas, "también entre quienes deberían legislar contra este problema".
Los PFAS (sustancias perfluoradas y polifluoradas) comprenden más de 10.000 compuestos empleados por distintas industrias en productos de consumo como ropa, cosméticos, envases farmacéuticos o utensilios de cocina antiadherentes. Debido a su gran estabilidad, no se degradan fácilmente ni en el medio ambiente ni en el organismo humano. Distintos estudios los asocian con alteraciones metabólicas y problemas reproductivos y hormonales, entre otros riesgos.
Regulados pero persistentes
El comunicado destaca que, aunque media docena de los PFAS detectados ya están regulados en la Unión Europea, "siguen presentes en nuestro entorno y en nuestros cuerpos", lo que demuestra "la alta persistencia de estas sustancias y lo prolongada que es su amenaza".
Dinamarca, junto con Alemania, Países Bajos, Noruega y Suecia, ha presentado una propuesta de restricción universal de los PFAS, que actualmente está siendo estudiada por las instituciones comunitarias. Según las organizaciones firmantes, prevenir la contaminación mediante una legislación "sólida" es "posible y rentable", y la UE se encuentra "en un momento crítico en el control de sustancias químicas peligrosas".
El experimento danés ha servido, al menos, para subrayar una evidencia: los 'tóxicos eternos' no distinguen entre ciudadanos y ministros, pero sí entre quienes ya los tienen en la sangre y quienes todavía discuten cómo prohibirlos.
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