Un año más, la llegada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha motivado la pitada y los abucheos del público presente en los alrededores de la Plaza de Neptuno para asistir al desfile de la Fiesta Nacional. Pero la disposición de las tribunas y el trabajo de los técnicos de sonido de la retransmisión han amortiguado el impacto de la "habitual música de viento", como la ha denominado el presentador de RTVE Xabier Fortes. La pitada a Sánchez ha sido el único incidente reseñable de un desfile cuya parte aérea se ha visto reducida por la presencia de nubes.

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Sánchez ha llegado a pie a la plaza de la Lealtad desde la calle Felipe IV a las 10:57, donde ya esperaban la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que había llegado dos minutos antes, la ministra de Defensa, Margarita Robles –a las 10:52– y el alcalde de Madrid con las autoridades militares y el personal de la Casa Real encabezado por su jefe, Camilo Villarino, y la secretaria Mercedes Araújo.

El presidente del Gobierno ha aparecido in extremis para recibir a la familia real, cuando la comitiva ya recorría el Paseo del Prado desde la plaza del Emperador Carlos V. La ventana de oportunidad para los que querían pitar al presidente ha sido, por tanto, breve, pero no la han desaprovechado. No obstante, la realización del acto ha amortiguado el sonido ambiente, dando lugar a un irreal vacío sonoro que no se correspondía con la realidad. Al término del desfile se han repetido los silbidos a Sánchez, que esta vez la realización no ha sabido ocultar.

Tras recibir honores militares, el rey, vestido con el uniforme de gala de la Armada, ha pasado revista a las tropas y ha saludado a los ministros presentes, todos excepto las titulares de Sanidad, Mónica García, y de Juventud e Infancia, Sira Rego, de viaje en Alemania y Jordania, respectivamente; así como la de Igualdad, Ana Redondo, y el de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Bustinduy.

Posteriormente los reyes se han dirigido a la tribuna real en la que están acompañados de la princesa Leonor, vestida con el uniforme de gala como alférez alumna del Ejército del Aire y del Espacio, y de la infanta Sofía, que acude este año al acto central de la Fiesta Nacional después de dos ediciones ausente por encontrarse cursando sus estudios en Gales.

La ausencia más destacada en la tribuna de autoridades ha sido la del líder de Vox, Santiago Abascal, que ha declinado la invitación como protesta hacia Sánchez, al que ha calificado de "indecente, corrupto y traidor". El propio Abascal, que ha visto el desfile junto al público, ha asegurado que el Rey Felipe VI no ha interpretado el gesto como un feo a la Casa Real, pese a que "hay muchos que quieren interpretarlo de esa manera".

"No tengo ninguna duda de que el Rey no lo interpretará así. Nos hemos excusado ante él y hemos explicado que de ninguna manera podemos fingir normalidad en un momento en el que un gobierno, que es una mafia corrupta, está al frente del poder de España. Que no cuenten con nosotros para eso", ha señalado horas antes del inicio de los actos por el Día de la Hispanidad.

Miles de personas arropan a las Fuerzas Armadas

El desfile ha congregado a miles de personas, a pesar de que en esta edición ha sido más corto de lo habitual a causa del mal tiempo. En concreto, el desfile aéreo se ha recortado a causa de las nubes, pero el resto se ha desarrollado sin incidentes, más allá de los habituales pitos y abucheos a Sánchez.

El acto ha comenzado puntual, a las 11 horas, y la parada militar se ha realizado a lo largo del Paseo del Prado y el Paseo de Recoletos, iniciándose a la altura de la glorieta Emperador Carlos V y finalizando su recorrido en la Plaza de Colón. Es el tercer año consecutivo en el que se realiza este trayecto, ante la imposibilidad de celebrarlo en el Paseo de la Castellana por las obras de soterramiento del tráfico.

El programa del acto no ha variado respecto a años anteriores y ha transcurrido sin incidentes reseñables. Tras la llegada de los reyes, se les han rendido honores militares y Felipe VI ha recibido las novedades del jefe de Batallón de Honores y les ha pasado revista. Después, los monarcas han saludado a las autoridades.

Una bandera de 35 metros cuadrados

Concluido el saludo, ha tenido lugar el salto paracaidista frente a la tribuna real con la bandera de España a cargo de la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire y del Espacio (PAPEA), uno de los momentos más delicados de la jornada. Los componentes de la PAPEA que han saltado este año son el sargento primero Óscar Marsal Hernández y el sargento primero José Carlos González Herrera. Ambos forman parte tanto de la Selección Nacional Militar de Paracaidismo como de la Selección Nacional Civil de Paracaidismo.

El sargento primero Marsal portaba la enseña nacional, este año de 35 metros cuadrados. Entró en la PAPEA en 2016 y cuenta con un bagaje de más de 3.389 lanzamientos paracaidistas. De su lado, el sargento primero González, que ha actuado como guía, entró en la patrulla acrobática en 2018 y cuenta con un acervo de más de 3.000 lanzamientos paracaidistas. Por la climatología, han tomado tierra en la zona secundaria, junto a la fuente de Neptuno, y no delante de su majestad Felipe VI.

A continuación, se ha izado la bandera y se ha llevado a cabo el homenaje a los que dieron su vida por España. Después, ha tenido lugar el sobrevuelo con los colores de la bandera española, uno de los momentos más esperados del desfile y que este año incorporaba una novedad: la Formación Mirlo ha sustituido a la Patrulla Águila, que se ha extinguido debido a la 'jubilación' de los aviones que volaban, los C-101, retirados tras 40 años de servicio en el Ejército del Aire.

La Formación Mirlo, compuesta por instructores de vuelo destinados en la Academia General del Aire y del Espacio, vuela con la nueva aeronave de formación de los aviadores, el Pilatus PC-21. Está conformada por cinco aviones y ha sido la primera vez que han incorporado el sistema que permite los humos de color que simulan la bandera nacional en el cielo, sin incidentes.

Desfile aéreo y terrestre

Tras ella, ha arrancado el desfile aéreo, con menos aeronaves de las previstas, a causa de las nubes que encapotan este domingo el cielo de Madrid. Participaban 45 aviones, repartidos en 18 formaciones. Finalmente, sólo han volado cazas Eurofighter, F-18 y Harrier y han faltado aviones de transporte, de aeroevacuación o de lucha contra incendios y los 29 helicópteros.

A continuación se ha iniciado el desfile terrestre, en el que se han podido ver 123 vehículos, como acorazados o vehículos pesados de intervención, y 39 motos, 229 caballos y seis perros. Y este año el Tercio 'Gran Capitán' 1º de la Legión ha acudido con 'Baraka', que en árabe significa buena suerte, un borrego macho de tres años.

En total, 3.847 integrantes de las Fuerzas Armadas, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y otras instituciones han participado con uniforme de gala en la parada militar. De ellos, 3.323 son hombres y 524 son mujeres (un 13,6%). La Unidad Militar de Emergencias (UME) ha desfilado con dos unidades, en vez de con una, para celebrar su XX aniversario.

Al finalizar, en torno a las 12.30 horas, los Reyes han saludado a las autoridades militares responsables y participantes en el desfile, se han despedido y se ha arriado la bandera nacional. Felipe VI, Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía y el resto de autoridades se han trasladado a la tradicional recepción ofrecida en el Palacio Real.

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