La conexión que se establece entre los rayos del sol y la homeostasis del ser humano tiene un protagonismo cada vez más destacado para la salud de la mujer, es decir, el contacto habitual con la claridad natural no solo tiene repercusiones en el estado de ánimo o la energía cotidiana, sino que también potencia mecanismos biológicos que mantienen, entre otras, una adecuada salud. Según la experta en microbiota, Marta León, en el contexto de un estilo de vida urbano que limita el contacto con el exterior, recuperar el hábito de exponerse a la luz del día se convierte en un recurso sencillo y eficaz para incrementar la vitalidad y reforzar la estabilidad hormonal.
El sol y las hormonas
La luminosidad de primera hora del día activa proteínas internas encargadas de sincronizar los ritmos circadianos. En efecto, una vez que los ojos reciben esa claridad dorada de la primera hora del día, el cerebro entiende que comienza el día y, por tanto, hace los ajustes pertinentes para optimizar funciones biológicas clave, aquellas que están íntimamente relacionadas con el uso de la energía, el metabolismo o la gestión del estrés. Además, por causa de esa señalización, se produce la gestión de determinadas hormonas que, en el fondo, ayuda a la mejora de la respuesta orgánica más homogénea de la jornada.
Bienestar en la mujer
La luz del día se produce temprano, y refuerza aquellos procesos que van a mantener el equilibrio del ciclo menstrual, por lo que se puede traducir en una mejora de las condiciones del estado emocional, porque la luz natural ayuda a generar neurotransmisores que tienen un efecto positivo sobre la motivación y el buen humor, lo que viene a ser un factor más para permitir que el sistema hormonal se equilibre más fácilmente. Este hábito cotidiano también puede ser considerado un apoyo más a otros pilares que van a garantizar la salud corporal, como son la práctica de ejercicio o la variación de la dieta.
Cuidar las hormonas
Dejar entrar los primeros destellos del día tras abrir las ventanas al despertar es un simple gesto con efectos estimulantes para el organismo. Este comportamiento permite al organismo "arrancar" con claridad e ir preparando al cuerpo para dar respuesta a la demanda diaria con una regulación hormonal más ajustada; actúa intensificando sus beneficios y a favor de una respuesta fisiológica más ordenada.
Vida saludable
La exposición controlada al sol representa un refuerzo de los hábitos de vida saludables. Seguir una alimentación equilibrada y un programa de actividad física regular, continúa siendo muy importante, pero la luz natural también aporta un pálpito extra que ayuda a conseguir una buena estabilidad metabólica y hormonal. Introducir pequeñas dosis de contacto con el exterior durante las horas del día contribuye a consolidar estas influencias ya existentes.
Beneficios adicionales de la luz solar
La luz solar permite la formación de la vitamina D, un nutriente primordial en la salud de los huesos, la fuerza muscular y la respuesta inmunitaria. Tan solo unos minutos de exposición solar, pero de forma moderada, permiten al cuerpo disponer de una fuente natural de esta vitamina y de su contribución de forma indirecta al bienestar general y a la regulación hormonal.
Salud mental y energía diaria
Los rayos del sol tienen influencia en la producción de serotonina, una sustancia asociada con la sensación de bienestar y equilibrio emocional. El hecho de contar con más horas de luz natural durante el día ayuda a obtener mejor disponibilidad mental, ayuda a incrementar la motivación y hace reducir la sensación de fatiga. Este efecto, sumado al equilibrio de las hormonas, contribuye a que el estilo de vida sea más activo y consciente.
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