España ha amanecido este domingo bajo estado de alarma, ya con la obligación por decreto de no salir de casa salvo excepciones justificadas, como hacer la compra, acudir a la farmacia o al médico, al trabajo, a sacar al perro o a cuidar de personas mayores o dependientes.
No todo el mundo se lo ha tomado al pie de la letra. Algunos pasean, hacen deporte o salen a curiosear, pero la Policía ya hace su trabajo, que prevé sanciones de entre 600 y 600.000 euros a quien no acate las instrucciones de la autoridad. Son excepciones. El país está parado, las carreteras prácticamente vacías, y la vida se ha trasladado al interior de los hogares para luchar contra la pandemia del coronavirus.
Barcelona
Una pareja pasea frente al Arco del Triunfo, en Barcelona, pese a las restricciones impuestas por el Estado de Alarma.
Tráfico reducido
Las carreteras de circunvalación en Barcelona, Madrid y resto de grandes urbes han amanecido prácticamente vacías este domingo.
Transporte público sin usuarios
Apenas autobuses y taxis recorren las calles, aunque con poca afluencia. Además, su capacidad está limitada para evitar contacto entre los viajeros.
Perros en un parque durante la crisis del coronavirus.
Misas canceladas
Otro lugar que amanece especialmente vacío este domingo son las iglesias, como la de San Antonio de los Alemanes, en Madrid, que avisaba a sus fieles de que hoy no habría misa.
A comprar
Se puede salir de casa para comprar. Y la mayoría de la gente por la calle va con bolsas. Una estampa del día que se repite: colas a la entrada de los supermercados guardando un metro de separación.
Ni ciclistas, ni runners
No se puede hacer deporte. Ni ciclismo, ni salir a correr, ni de ningún otro tipo. En la imagen, un policía municipal de Madrid advierte a un ciudadano.
Bancos abandonados
Las calles de Vitoria y los parques prácticamente vacíos este domingo en el que termina la semana, hasta ahora más critica por la epidemia de coronavirus, con el arranque de las medidas decretadas por el Gobierno.
La Gran Vía, como nunca
El estado de alarma deja imágenes históricas como esta de la Gran Vía, en Madrid, absolutamente vacía un domingo a mediodía.