Un Real Madrid imperial ha apabullado al FC Barcelona en la final de la Supercopa de España en Arabia Saudí con un 4-1 que incluso pudo ser más amplio, especialmente hiriente para el entrenador culé, Xavi Hernandez.

10 minutos bastaron para descifrar las claves que desequilibrarían la final: un Vinicius imparable, que tras un hat trick y un penalti provocado desquició a un Araújo que terminó expulsado, y un Real Madrid tácticamente casi perfecto con un plan muy claro que zarandeó al Barcelona.

La final arrancó con el ritmo propio de un partido de tal dimensión. El cartel era inmejorable, un clásico y el primer título nacional de la temporada en juego. Una ocasión para cada conjunto en apenas cinco minutos hasta que una de las parejas de moda en el fútbol mundial, Bellingham-Vinicius, incendiaron la cita con una combinación mortífera que dejó en evidencia a la zaga del Barcelona.

El centrocampista británico apareció entre líneas, atrajó la atención del Barcelona y sirvió un pase pefecto para Vinicius. Con espacio y tiempo para todo, Vinicius sorteó a Iñaki Peña y adelantó al Real Madrid a los 7 minutos.

La combustión blanca ya era imparable. Rodrygo se topó con Peña, que con un poderoso brazo pospuso un 2-0 que tardó apenas dos minutos en llegar. La dupla de atacantes brasileña olió la sangre a la espalda de una defensa muy adelantada. Carvajal correspondió la chispa de Rodrygo, que en otra acción letal sirvió el doblete a Vinicius cuando se cumplían 10 minutos de final.

El Real Madrid disfrutaba del inició y abría todas las costuras del Barcelona. Ferrán amenazó con una gran maniobra que frustró el larguero y el Barcelona, a través del balón, tomo protagonismo en la final.

Un error en un despeje de Mendy dejó un balón tierno en el balcón del área y Lewandowski no dudó. Un voleón reanimó al Barcelona con un 2-1 que se esfumó en pocos minutos, ya que Vinicius redondeó un primer tiempo mágico tras anotar un penalti que él mismo provocó.

La superioridad blanca en los 45 minutos iniciales aumentó tras el paso por los vestuarios. El Real Madrid gozaba de un escenario ideal para explotar las cualidades de sus futbolistas y daba la sensación de que podía ampliar la diferencia en cualquier momento.

Xavi accionó una reacción que nunca llegó con un triple cambio, pero los Vinicius, Bellingham, Rodrygo y compañía se empeñaron en hacer sangre con el eterno rival. Rodrygo cazó un rechace en el área y angulo su remate para perforar la portería del Barcelona por cuarta vez.

La fiesta del Real Madrid en Riad pudo ser mayor, con Vinicius y Bellingham lanzados a por la manita y apoyados por un Brahim que, como acostumbra, hiperactivo, explosivo y cargado de talento en todas sus participaciones desde que irrumpió en la final.

Un recorte en el que Brahim paró el tiempo que negó Peña y un disparo de Bellingham que se estrelló en el palo evitaron el quinto tanto del Real Madrid, que jugó los últimos 20 minutos en superioridad numérica por expulsión de Araújo, superado en todo momento por un Vinicius estelar.

La victoria del conjunto entrenado por Ancelotti, que iguala a Zidane como segundo técnico con más técnicos en el Real Madrid, coloca la decimotercera Supercopa de España en las vitrinas merengues.