El día después de una noche europea en Barcelona vuelve a ser, como en los últimos años, una jornada triste. El atropello del PSG al Barça en Montjuic acaba con las aspiraciones en Champions de los de Xavi Hernández, que tras cinco años sin alcanzar los cuartos de final han sido sometidos por los parisinos a dos pasos de la gran final.

La renta conseguida en París empapó de optimismo la ciudad condal. El Barcelona asaltó el Parque de los Príncipes con una actuación estelar de Raphinha y los culés afrontaban la vuelta con el convencimiento de que podían volver a una semifinal de Champions. Un nuevo gol del brasileño a los 12 minutos de empezar acercaba aún más el objetivo de la semifinal; sin embargo, la expulsión de Araújo cuando Barcola se disponía a encarar a Ter Stegen nubló la ilusión de los blaugranas.

El defensor uruguayó trastabilló al joven extremo francés justo antes de poner un pie en el área, por lo que el árbitro aplicó la norma y le expulsó. La decisión dejó al Barcelona -que contaba con dos goles de ventaja en la eliminatoria- con diez jugadores y al menos 60 minutos por delante. Xavi entró en colera y acabó expulsado tras patear las espumillas que protegen las cámaras. Su enfado continuó en el postpartido.

"Estamos contrariados, enrabietados, porque la jugada marca la eliminatoria por completo. Hay otra eliminatoria a partir de esa jugada. Es demasiado sacar la roja", criticó Xavi, que cargó toda la responsabilidad de su adiós a la Champions a la acción arbitral: "Es una pena que el trabajo de toda la temporada se termine aquí por una decisión. Me hubiese gustado jugar once contra once. Esta expulsión en innecesaria".

Los reproches de Xavi, fuera de sí durante el partido y no mucho más calmado tras el pitido final, fueron más allá: "Le he dicho al árbitro que ha estado muy mal, que ha sido un desastre, que cambia todo esa expulsión. Marca tanto la eliminatoria que lo tenemos que decir (...) El arbitraje ha sido extraño, por no decir otra cosa".

Las quejas utilizadas por Xavi chocaron con las conclusiones de dos de los jefes del vestuario culé, Ter Stegen y Gündogan. Los alemanes, lejos de culpar al colegiado de su eliminación, transmitieron una opinión muy diferente a la de su entrenador: "Esperábamos al PSG así. Al final te quedas a la media hora con uno menos. No quiero decir que ha sido un fallo, quería ir a por el balón. Creo que si pita falta tiene que expulsarlo y esto ha cambiado todo. Se puede pitar la falta a Araújo", apuntó el guardameta, que a su vez es uno de los capitanes del primer equipo.

El centrocampista İlkay Gündogan reconoció la importancia de la tarjeta roja, aunque señaló a su compañero y no al árbitro: "¿Si la expulsión cambió? Sí. Da igual el rival. En un partido crucial... No sé que minuto era, pero con un expulsado tan pronto, es imposible. Estas fuera, desafortunadamente. En ese tipo de jugadas, tienes que tener claro que llegarás al balón. Si no, darle la oportunidad a nuestro portero. Tantos minutos con diez, te mata", concluyó el ex del Manchester City.

La sensación de Ter Stegen y Gündogan es radicalmente opuesta a la de Xavi, que se mantuvo firme en su pensamiento después de analizar la jugada con más tranquilidad: "Intentaré hablar desde la calma y la reflexión, hoy en día 11 contra 10 es imposible. Das mucha ventaja. Es innecesaria e injusta. Revienta la eliminatoria. Se acaba el fútbol", comentó el técnico, que tampoco concordó con la opinión de Luis Enrique: "No estoy de acuerdo en que hubiera ganado igualmente sin la expulsión".