La Champions ha mostrado toda su dureza a Atlético de Madrid y FC Barcelona. Borussia Dortmund y PSG han golpeado con contundencia a colchoneros y culés, que se quedan a las puertas de la semifinal tras sendas bofetadas en una noche terrorífica para los españoles en Europa.

La renta era mínima, aunque la confianza apuntaba alto para rojiblancos y blaugranas después de un primer envite en el que se sintieron superiores; sin embargo, la realidad zarandeó a Atlético y Barça, y Borussia Dortmund y PSG avanzan a la semifinal.

La aventura del Atlético de Madrid en cuartos hizo honor a la letra de Joaquín Sabina. "...Qué manera de subir y bajar de las nubes..."; ya que los del Cholo comenzaron agazapados, se tambalearon al borde del ko con un 2-0 en contra al descanso, remontaron en 20 minutos gracias a la irrupción de los cambios (sobre todo de Correa), y cayeron noqueados tras dos directos, de Füllkrug y Sabitzer, cuando mejor se sentían.

El intercambio de golpes arruinó al Atlético de Madrid, que perdonó en la ida y que no pudo contener la pegada de un Borussia liderado por el austriaco Sabitzer, que firmó un partido que nunca olvidará.

Con dos minutos de juego, el Atlético ya enseñó parte de lo que vendría más tarde. Morata recogió una prolongación de Griezmann en su propio campo y se plantó solo ante Kobel. En una metáfora de la eliminatoria, el ariete madrileño mandó su cuchara de zurda fuera y en la jugada inmediatamente posterior Azpilicueta salvó la ocasión de Sabitzer con Oblak ya vencido. El pie salvador del defensor llegó esta vez, pero la oleada de la segunda parte que lideró el centrocampista austriaco fue incontenible para el Atlético de Madrid.

Los acontecimientos en Montjuic se sucedieron de manera totalmente distinta. Todo empezó de cara para el Barcelona. Los de Xavi defendían la ventaja labrada en la ida con una de las características que más se presumen del ADN Barça -que tanto dio que hablar antes de la eliminatoria-. Los españoles se protegían con la pelota y el PSG no intimidaba.

El cuento continuó con la intervención de dos personajes que pintaban como héroes, Lamine Yamal y Raphinha, pero que acabaron como dos víctimas más. El adolescente recibió escorado y con dos pinceladas impregnó el partido con sus mayores dotes: aire fresco y desequilibrio. Yamal rompió a su par y regaló a Raphinha su tercer gol en la contienda de cuartos.

Con dos tantos de ventaja en el global, Lewandowski tuvo la ocasión de poner al Barcelona con pie y medio en la semifinal, pero su disparo se marchó alto. Sería una de las pocas oportunidades de las que disfrutó el Barça, cuya historia de cuento se convirtió en una pesadilla tras una arrancada de Barcolá.

El joven extremo francés trazó una diagonal con meta en la portería de Ter Stegen. A una zancada de pisar área apareció Araújo, que a la desesperada, trabó a Barcola. La roja al uruguayó, justa, afiló los colmillos de los Mbappé, Dembelé y compañía, a los que se les presentó un escenario más que apetecible con 60 minutos en superioridad numérica.

Dembelé pusó el primer clavo en el ataúd del Barça en Champions y Mbappé los dos últimos y definitivos. El festín del PSG estalló en la segunda parte. Vitinha igualó la eliminatoria con un cañonazo en una jugada ensayada y todo se precipitó en contra de los intereses del Barça.

Kylian Mbappé celebra su gol al FC Barcelona en la vuelta de cuartos de final
Kylian Mbappé celebra su gol al FC Barcelona en la vuelta de cuartos de final

Montjuic se inclinó hacia Ter Stegen y una imprudcenia de Cancelo en el área sobre Dembélé acabó con la posible heroíca culé. Xavi, desquiciado, acabó expulsado tras patear las espumillas que rodean las cámaras. Mbappé, del que se hablaba como un inadvertido, ajustició a la escuadra de penalti y al borde del final remató su doblete con el Barcelona volcado.