Después de un prolongado año sabático, el veterano Ricky Rubio ha decidido volver a las canchas anotándose un regreso muy especial: jugará de nuevo con el Joventut Badalona, el club que marcó el inicio de su brillante carrera en el baloncesto profesional. Esta noticia ha sido recibida con entusiasmo tanto por los aficionados como por la comunidad del baloncesto en general, ya que representa no solo el retorno de uno de los talentos más destacados del baloncesto español, sino también una emotiva vuelta a sus raíces deportivas.
Rubio, de 34 años, se apartó de la competición en 2023 para centrarse en su bienestar mental y emocional, reconociendo públicamente la necesidad de tomar distancia de la presión de la alta competición. Durante ese período, recibió el apoyo unánime de la comunidad deportiva, consolidando así su figura no solo como jugador, sino como símbolo de salud mental en el deporte de élite.
El fichaje por el Joventut no es una simple operación profesional, sino una elección cargada de significado personal. Fue en este mismo club donde Rubio debutó en la Liga ACB a una edad tempranísima, convirtiéndose rápidamente en una revelación del básquet europeo. Su regreso ahora representa un ciclo completo: volver a vestir los colores que lo vieron crecer, en una etapa de su vida en la que sus prioridades han evolucionado.
Con múltiples logros tanto en la NBA como en la Selección Española, incluyendo una medalla de oro en el Mundial de 2019 y una exitosa trayectoria en equipos como los Minnesota Timberwolves, Utah Jazz y Cleveland Cavaliers, la experiencia de Rubio será un añadido invalorable para el Joventut. Su presencia aportará liderazgo, inteligencia táctica y una inspiración para las nuevas generaciones de jugadores que lo ven como un auténtico referente.
El club catalán, por su parte, ha mostrado satisfacción total al hacer oficial su regreso, subrayando el deseo mutuo de volver a compartir camino y construir un proyecto competitivo en torno a uno de los bases más talentosos que ha dado España. La afición ya espera con ansias verlo en acción otra vez, defendiendo los colores verdinegros con la misma pasión que lo lanzó al estrellato.
Este retorno pone de relieve no solo el talento de un jugador excepcional, sino también su resiliencia y capacidad para reconectar con sus orígenes. Ricky Rubio vuelve a casa, y lo hace con la determinación de seguir disfrutando del baloncesto, en el lugar donde todo comenzó.
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