Desafortunadamente, para ser cómplice del tráfico ilegal de especies no necesitas empuñar una escopeta ni adquirir un animal disecado de un animal en vías de extinción. Cualquier turista despistado puede participar inconscientemente de este lucrativo negocio, que mueve cerca de 20.000 millones de euros al año. Una actividad criminal similar al del tráfico de armas o de drogas (solo que mucho menos perseguida). Su efecto sobre la biodiversidad es devastador.

El tráfico de fauna silvestre no se refiere solo a la compra-venta de ejemplares de animales para utilizarlos como mascotas, sino también a partes de ellos o derivados. Un suvenir aparentemente inocente como un adorno para el pelo, un collar o un bolso de piel puede esconder una historia mucho más escabrosa. Las piezas de carey que se extraen del caparazón de las tortugas son en parte causantes de que muchas especies de tortugas marinas estén en vías de extinción. Detrás de las preciadas piezas de marfil que podemos encontrar a la venta fácilmente cuando viajamos a determinados países, hay un mercado negro responsable de la matanza irregular de más de 30.000 elefantes al año. No son las únicas especies seriamente amenazadas: hoy en día se está acabando con poblaciones enteras de rinocerontes y tigres, por poner otros dos ejemplos.

Coincidiendo con la temporada estival, en la que muchos españoles aprovechan para viajar a países exóticos, WWF España ha presentado un informe con consejos y precauciones en torno a la compra de recuerdos turísticos derivados de especies de animales o vegetales.

Para empezar, dejan claro que el hecho de que un objeto esté a la venta no significa que sea legal, ni que puedas regresar con él a tu país. De hecho, el “turista despistado” puede encontrarse con una sorpresa muy desagradable al llegar a la aduana, con sanciones e incluso penas de cárcel.

Estos son los principales productos con los que hay que tener especial cuidado:

  • Bisutería y las joyas elaboradas con caparazón de tortuga.
  • Marfil en bruto, joyas o figuras fabricadas con los colmillos de elefantes.
  • Pieles u otros objetos fabricados con el pelaje de felinos salvajes: hoy en día hay más tigresen cautividad que en libertad.
  • Muchos objetos y prendas han sido elaborados con pieles de reptiles capturados ilegalmente. Ante la duda, no lo compres.
  • Los adornos realizados con coral.
  • Algunas flores y especies vegetales son invasoras y su importación en España está terminantemente prohibida.
  • Determinados bálsamos y productos de medicina tradicional oriental.
  • Loros, cacatúas, guacamayos, y otras aves que suelen ofrecerse como mascotas.
  • Artículos de decoraciones elaborados con maderas exóticas.
  • El comercio de caviar de esturión también está sujeto a una reglamentación especial. Solo podrás exportar un máximo de 125 gramos.

España es el país donde se incauta un mayor número de pieles del mundo, acumulando casi un tercio del total (11.600 pieles entre 2005 y 2012). Otra parte significativa de este tráfico son animales vivos, y destaca la tortuga mora (Testudo graeca) proveniente del norte de África (3.003 ejemplares, un 18% del total), así como diferentes especies raras de origen variado que van camino a las grandes ferias del centro de Europa, sobre todo la de Hamm (Alemania). Sin embargo, la mayor preocupación se centra en el tráfico de anguila (Anguilla anguilla), especie muy amenazada y cuya fase temprana de desarrollo, la angula, es muy requerida en el mercado chino. Además, las autoridades competentes estiman que España puede ser vía de entrada ilegal a la Unión Europea tanto de huevos como de ejemplares vivos de loros desde América Latina, que son vendidos en distintos puntos de Europa para coleccionismo. En el grupo de las aves también preocupan las redes que trafican con rapaces por su impacto sobre nuestras especies nativas.