El turismo español va de récord en récord. España se prepara para hacer de 2016 el cuarto año consecutivo de máximos históricos en llegadas de viajeros internacionales, previsiblemente con más de 74 millones de visitantes, frente a los 68 millones de 2015. Y el sector, principal motor de la economía nacional en los últimos a ejercicios, da por hecho igualmente que la inyección de ingresos que estos turistas extranjeros dejarán en el país también batirá récords a final de año. Pero en este campo las diferentes estadísticas generan cierta confusión.

Y es que año tras año España se confirma como un país que ingresa mucho menos de lo que los turistas gastan... o de lo que dicen que gastan. Los visitantes extranjeros que vinieron el año pasado gastaron 67.385 millones de euros, pero la economía española realmente sólo ingresó 50.900 millones. Las diferentes estadísticas oficiales esconden un enorme desfase… y este año se repetirá. ¿Por qué este agujero?

Todos los meses el Instituto Nacional de Estadística –hasta el año pasado lo hacía directamente el Gobierno- publica una serie estadística que sirve para medir el gasto que realizan los turistas extranjeros que vienen al país. Y, por su parte, el Banco de España contabiliza a través de la balanza de pagos los ingresos que percibe España gracias a este turismo internacional.

Ambas estadísticas no coinciden. Nunca. El año pasado el agujero entre ambas fue de casi 16.500 millones de euros, y este año quizá sea aún superior. La Encuesta de Gasto Turístico (la del INE) y la balanza de pagos (la del Banco de España) miden diferentes realidades, calibran diferentes magnitudes. Una cosa es lo que gastan los turistas y otra lo que se queda en España.

El dinero que nunca llegó a España

El INE realiza cada mes una encuesta entre los turistas que llegan a España (de hecho, se utiliza la misma muestra que sirve para medir el número de llegadas de viajeros al país) y se les pregunta cuánto se han gastado en el conjunto del viaje. En todo el viaje: sin diferenciar el gasto ejecutado en la preparación del mismo en su país de origen o el realizado durante la estancia en España.

Esto es, si el turista compra un paquete turístico a una agencia de viajes de su país de origen o viaja con una aerolínea extranjera, estos gastos que no revierten directamente en la economía española también quedan incluidos en las cuentas del INE.

La Encuesta de Gasto Turístico (Egatur) no está diseñada para cuantificar el impacto económico que los viajeros internacionales generan en España. Sirve fundamentalmente para registrar la evolución del gasto de los viajeros, elaborar perfiles de turistas que más gastan, detectar tendencias de cambio en estos perfiles… Nada más.

A pesar de que continuamente los políticos responsables del ramo (y la prensa especializada) den pábulo a creer que es así, los 67.385 millones que gastaron el año pasado los turistas extranjeros que vinieron a España, en realidad, no se quedaron en España. Al menos no todo.

La inyección real a la economía nacional

Es la balanza de pagos del Banco de España la única estadística que sirve para cuantificar los ingresos reales que el turismo internacional deja en el país. Es la única que mide las divisas que percibe la economía española por el gasto que realizan los viajeros extranjeros durante su estancia en el país. Una suerte de ingresos de exportaciones por turismo a efectos contables.

Los ingresos reales por turismo, los que efectivamente revierten en la economía de España, ascendieron a un récord de 50.900 millones de euros en 2015, y según diferentes fuentes oficiosas del sector este año rondarán los 54.000 millones, lo que hará de 2016 el sexto ejercicio consecutivo en que el sector marca máximos.

Y son estos ingresos los que en realidad sirven para enjugar la totalidad del déficit comercial de la economía española, los que se convierten en dinero contante y sonante que entra en el país. Y los que deberían llevarse los grandes titulares.

En lo que va de 2016 el agujero en las cuentas persiste. Entre enero y julio (último dato disponible de la balanza de pagos), España elevó sus ingresos reales por turismo hasta los 29.400 millones de euros, un 6,5% más que en el año anterior. Sin embargo, la encuesta del INE cifró en 42.942 millones de euros el gasto de los turistas en los primeros siete meses del año. Transcurrida poco más de la mitad de año el desfase entre ambas estadísticas alcanza ya los 13.500 millones de euros. Un año más, España será el país que ingresa mucho menos de lo que los turistas dicen que gastan.