Un argumento recurrente de todo Gobierno al que no le coinciden las previsiones macroeconómicas con las de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la propia Comisión Europea es que, más allá de los dígitos, lo importante son las tendencias.

De esta forma, el Gobierno de Mariano Rajoy coincide con Bruselas en que la economía española se desacelerará en 2017, aunque el Ejecutivo espera que el PIB crezca un 2,5% el próximo año y la UE, un 2,3%.

España espera que la deuda pública siga una senda descendente en 2017, mientras que la UE cree que repuntará hasta 2018

La cosa cambia cuando se habla de la deuda pública. El Gobierno elevó sus previsiones en lo que respecta a este saldo cuando remitió a Bruselas el Plan Presupuestario 2017. Pero, a la espera de una próxima actualización, el objetivo de deuda para este año pasó del 99,1% al 99,8% del PIB , y para 2017, del 99% al 99,7%, en una senda descendente.

Sin embargo, las previsiones de otoño de la UE, publicadas escasamente un mes más tarde que las del Gobierno, prevén que la deuda camine en dirección contraria, que siga escalando desde el 99,5% del PIB en 2016, hasta el 99,9% en 2017. Además, Bruselas espera que este lastre alcance se sitúe en el 100% del PIB en 2018.

Desde el Ministerio de Economía señalan que la actualización del Plan Presupuestario, que se remitirá a la UE en próximas semanas, incluirá también una revisión de las previsiones de deuda pública, en tanto que se ha revisado al alza la de crecimiento, hasta ese 2,5%, dentro del marco global de desaceleración.  En términos generales, un mayor incremento del PIB haría que la ratio de deuda se diluyese.

Sin embargo, la previsión de crecimiento de Bruselas del 2,3% para 2017, dentro del mismo contexto, camina en sentido contrario, pues se sitúa por debajo de lo esperado inicialmente por la Comisión Europea.

De hecho, fuentes comunitarias explican que el escenario de subida de la deuda pública se explica “porque el déficit fiscal es superior al crecimiento nominal”, es decir, que el ciclo económico no permite por sí solo reducir las cifras de déficit y es preciso seguir acudiendo a la financiación externa.

Las cifras del Banco de España le dan la razón a la UE

Por el momento, las cifras le dan la razón a la UE. De acuerdo con los registros del Banco de España revisados este jueves, la deuda bruta de las administraciones públicas volvió a repuntar en el mes de septiembre en 2.822 millones de euros, hasta los 1,104 billones de euros, el equivalente al 100% del PIB.

Esta subida se concentra, sobre todo, en el papel a medio y largo plazo. En el caso de los valores a corto plazo, el incremento mensual ha sido de 336 millones de euros, pero en comparación con el mismo mes de 2015 se ha producido una caída del 0,7%. Sin embargo, la deuda en valores a medio y largo plazo ha aumentado en 8.526 millones respecto a agosto, con un incremento anual del 6,5%. De esta forma, la deuda acumulada en este tipo de papel alcanza los 832.853 millones de euros, el 75,3% del total. Finalmente, los créditos no comerciales se han reducido en 6.040 millones.

Preocupación en el Ministerio de Economía.

Hasta la fecha, el Ministerio de Economía ha venido señalando que las previsiones de deuda pública del Gobierno son factibles y que estos repuntes están condicionados por los calendarios de vencimiento. Además, fuentes del departamento que dirige Luis de Guindos se mantiene la previsión de que España se ahorre este año unos 1.500 millones de euros en intereses de deuda por la relajación de los tipos en los tres primeros trimestre del año.

La deuda pública ya se sitúa en el 100% del PIB en plena subida del coste de las emisiones

No obstante, los datos a mes de septiembre del Banco de España no recogen aún el repunte de las rentabilidades por la incertidumbre que ha generado, entre otros factores, la irrupción de Donald Trump en la Presidencia de los Estados Unidos.

Fuentes del Ministerio de Economía han admitido a El Independiente que esta cuestión está generando preocupación. En el Gobierno ya se piensa que la nueva situación al otro lado del Atlántico puede derivar en un encarecimiento del coste de la deuda en los próximos meses y en un menor crecimiento. De hecho, esta inestabilidad se está dejando ver ya en las últimas emisiones del Tesoro.

Este mismo jueves, España ha colocado 3.858 millones de euros en bonos y obligaciones, cerca del máximo previsto de 4.000 millones de euros, pero elevando la rentabilidad. Concretamente, el interés del bono a diez años supera el 1,5% y el Tesoro ya ha dejado de cobrar por emitir bonos a tres años.

Otra cuestión es la existencia de una deuda latente en forma de avales y garantías a entidades financieras o comunidades autónomas que equivale a aproximadamente un 10% adicional del PIB.