El Tribunal Supremo ha dado la razón a un trabajador de una empresa farmacéutica que fue despedido después de que introdujera "un código malicioso" en los sistemas informáticos tras sufrir varias bajas por enfermedad por lo que fue trasladado a otro puesto de trabajo donde no se le dio ocupación ni formación adecuada. Los jueces declaran procedente el despido, pero también avalan que sea indemnizado en 174.000.

El trabajador prestaba sus servicios en Krem Pharma desde 1981 y se encargaba de crear y gestionar la base de datos y validación de servicios informáticos con el compromiso desde el 2003 de confidencialidad sobre la información que manejaba. Asimismo, el empleado era miembro del comité de empresa y estuvo de baja por ansiedad durante siete meses en el 2011 y el 2012 por lo que no estaba activo cuando en febrero del 2012 se reorganizó su servicio y luego se les recolocó tras una nueva baja ahora por problemas de próstata que fue seguido del disfrute de sus vacaciones estivales.

En su nuevo puesto, el trabajador no tenía ninguna ocupación por lo que denunció esta circunstancia ante la inspección de trabajo y solicitó la "rescisión indemnizatoria del contrato" en el 2012. Sin embargo, la empresa le despidió en el 2014 por haber instalado "una bomba lógica en términos informáticos" que comportaba "la apertura del mismo después del 28 de diciembre del 2013" para borrar automáticamente la base de datos.

Los argumentos

El alto tribunal mantiene la indemnización que percibió el trabajador porque "los incumplimientos de cada una de las partes están conectados y obedecen a la misma situación de conflicto, iniciada con unas bajas laborales justificadas, un cambio organizativo que motiva el destino del trabajador a otro puesto de trabajo y la posterior instalación de la "bomba" que pasado un año daña la base de datos, cuando el conflicto subsistía y la demanda para la resolución del contrato seguía pendiente".