Miguel Blesa, aún no se ha levantado del banquillo de las tarjetas black, cuando ya se enfrenta a un nuevo juicio. Si en la Audiencia Nacional afronta seis años de cárcel por haber autorizado a 63 consejeros de Caja Madrid a usar tarjetas visa para sus gastos personales, ahora volverá a una sala de vistas en la Audiencia Provincial de Madrid por un aumento salarial que aprobó en esta entidad entre el 2007 y el 2010 por lo que le pueden caer otros cuatro años de prisión. Fuentes jurídicas sospechan que esta nueva acusación busca influir en el juicio de las tarjetas black que quedará visto para sentencia a finales de este mes.

Un juzgado de Madrid empezó a investigar a Blesa, a su mano derecha Ildefonso Sánchez Barcoj por haber aprobado una subida salarial para los 10 miembros del comité de dirección del 4,5 % en el 2008, es decir, una masa salarial de 8, 3 millones de euros para el 2008. El fiscal sostiene que este incremento salarial fue irregular e incluye en estos hechos al que fuera secretario general de Caja Madrid Enrique de la Torre que recibió una indemnización cuando se marchó de esta entidad de 4,8 millones de ellos. El ministerio público asegura que este ex directivo cobró "un exceso de 2,8 millones de euros". Por ello, le acusa como responsable a título lucrativo y exige que devuelva el dinero que cobró de más. Por su parte, Blesa y Barcoj se enfrentan a cuatro años de cárcel por un delito de administración desleal y también tendrán que devolver a Bankia 8,5 millones de euros.

Recursos pendientes

Esta calificación del fiscal se ha conocido antes de que el juzgado resuelva varios recursos presentados por Blesa quien pidió que declararan los miembros de la comisión de retribuciones para acreditar que esta subida de sueldo contó con su aval. Sin embargo, el juzgado se negó tramitar esta petición y lo más probable es que en los próximos días haga público el auto en el que ordenará que el juzgado penal de Madrid enjuicie a estas tres personas.

Fuentes jurídicas han expresado su "sorpresa" y "malestar" por esta nueva vista. Y que explican que en el juicio de las tarjetas black confían en que los imputados sean condenados a penas inferiores a las que reclama el fiscal. "Poca prueba, poca pena", explican. Por ello, lamentan que se abra este nuevo frente judicial porque busca, en su opinión, "dar la puntilla" a Blesa y al resto de los condenados en el juicio de las tarjetas black. "Beneficiar no beneficia", reconocen. La vista de la Audiencia Nacional está previsto que acabe a finales de mes, aunque la sentencia se hará esperar.