Ahora o nunca. Así ven los sindicatos CCOO y UGT desde hace más de un año el actual escenario político y sus posibilidades de derogar total, o al menos parcialmente, las últimas reformas laborales e introducir otros cambios de calado.

El problema para las centrales es que casi todos los caminos conducen a la necesidad de contar con el PSOE como su Caballo de Troya político y, según su parecer, los socialistas han virado hacia posiciones menos combativas y se han entregado a una gran coalición en la sombra del PP.  Fuentes sindicales afirman que es ese camino el que ha condenado al PSOE a una profunda fragmentación y fían gran parte de sus posibilidades de influencia a la paz o al menos la tregua interna en el PSOE.

“Me quita el sueño ver cómo conseguimos en una coyuntura política compleja, pero llena de oportunidades, jugar nuestras cartas. Ahora mismo la posición del PSOE es importantísima y vemos con preocupación su fragmentación. Necesitamos que el PSOE forme parte de ese bloque que permita llevar a cabo nuestros objetivos”, ha afirmado este lunes el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, en un encuentro informativo.

Del mismo modo, fuentes de CCOO indican que ese pacto en la sombra entre PSOE y PP ha llevado a los socialistas a plantear su petición de derogación completa de la reforma laboral a través de una mera proposición no de Ley que consideran "una declaración de intenciones". Además, critican que el PSOE pactara de espaldas a los sindicatos la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) del 8% para este año. Por todo ello, los socialistas no son a sus ojos un socio político fiable.

Los sindicatos replantean su estrategia

Sin embargo, CCOO y UGT siguen manteniendo la esperanza. Álvarez ha hecho un llamamiento a la “responsabilidad” del PSOE: “Hacen falta fuerzas políticas de izquierdas potentes. Es un llamamiento sincero y constructivo. Es el mejor momento que hemos tenido en mucho tiempo para cambiar las cosas”, ha resumido.

Al mismo tiempo, la estrategia de los sindicatos se ha diversificado. Según UGT, la derogación o no de la reforma laboral va a tener que ver con el nivel de presión en la calle, por ello, "va a haber que compatibilizar la negociación con la movilización”. "Es una consecuencia lógica", añaden desde CCOO.

De hecho, los sindicatos volvieron a las calles el pasado mes de diciembre. Sin embargo, la respuesta a estas movilizaciones no marcó un antes y un después. Tal vez por ello, se inclinan más por generar un “clima” con movilizaciones mantenidas. “Parece que no tienen lógica desde el punto de vista de la intensidad. Sin embargo, no  se trata de ir incrementando su intensidad, sino de mantener la presión”, ha explicado Álvarez.

Lo que pretenden los sindicatos es que la ciudadanía ejerza presión sobre la clase política y fuerce a un Parlamento nutrido de minorías a “engancharse” a sus propuestas de cambio. Y ahí, vuelve a aparecer el PSOE fragmentado.

La opción de la negociación colectiva

Además, los sindicatos buscarán acuerdos en la negociación bilateral con la patronal que encarrilen una posterior derogación parcial de la reforma laboral, pese a que en estos momentos se encuentra en una situación de bloqueo. No obstante, Álvarez cree que la forma de sacar a la CEOE de esta parálisis pasa primero por la adopción de cambios legislativos.

“Si el Parlamento empieza a mover cosas, la patronal entenderá que no se va a quedar con la misma regulación y se puede enganchar a las reformas”. Lo mismo opina respecto a la actitud del Gobierno. Sin embargo, esta opción vuelve a plantear la necesidad de contar con la avanzadilla del PSOE.

"El PSOE tiene que dejar de mirarse hacia dentro y tiene que ser consciente de que le necesitamos", ha resumido Álvarez.