Es un silencio inquietante. El mismo que provoca pasar junto a ella de noche en el que miles de pequeñas luces blancas lo iluminan dibujando su silueta inabarcable. Desde ayer el enjambre de tuberías y la maraña de torres gigantescas y maquinaria escoltada por enormes contenedores guarda silencio. Lo hará hasta el próximo 28 de febrero. La razón es que una de las mayores refinerías de Europa, la que Petróleos del Norte (Petronor) posee en la localidad vizcaína de Muskiz, ha parado casi por completo para iniciar un proceso de mantenimiento y modernización jamás llevada a cabo en los casi 50 años de funcionamiento de la planta. Las instalaciones que a lo largo de 220 hectáreas transforman el crudo en propano, en butano, en gasóleos y gasolinas y en menor medida en los últimos años en fuel oíl, han parado para afrontar el mayor proceso de actualización de las instalaciones y que supondrá un desembolso sólo en este mes y medio de 49 millones de euros.

Se revisará hasta la última arandela de la refinería. En muchos casos algunas instalaciones se someterán a este tipo de revisión completa por primera vez. La operación afectará al 75% de la refinería de Petronor y requerirá la intervención de nada menos 55 empresas especializadas y en cuya coordinación y planificación se lleva trabajando desde hace meses.

La operación requerirá la intervención de 55 empresas especializadas

La parada completa de la planta ha frenado la actividad petrolera pero no la actividad del complejo, ya que cada día, desde este lunes, casi de un millar de trabajadores acude a Muskiz para poner en marcha las tareas de actualización e inspección del complejo, así como de implantación de nuevos sistemas y modernización de los procedimientos. En este periodo habrá picos de actividad que requerirá el doble de personal, cerca de 2.000 operarios y especialistas.

El plan contempla, por ejemplo, la primera gran revisión de la Planta de Coque inaugurada en abril de 2013 y cuya construcción fue un acontecimiento en el País Vasco. Se convirtió en la mayor inversión jamás realizada en Euskadi en una sola instalación industrial, con algo más de 1.000 millones de inversión. Además, también se está revisando su Unidad de Vacío del Área de Conversión y la Refinería 2. Es la mayor operación de este tipo llevada a cabo desde que la planta vasca se puso en marcha en 1968. La revisión afectará a las torres, a los hornos, a las válvulas de seguridad, a las máquinas y a las subestaciones eléctricas. Petronor aprovechará la ocasión para modernizar las instalaciones. Así, de los 49 millones que está previsto invertir en la operación, las inversiones e innovaciones que se quieren implantar se llevarán algo más de la mitad del presupuesto, alrededor de 26 millones frente a los 23 millones de euros que se destinarán propiamente a tareas de mantenimiento.

El mayor contribuyente vasco

Y revisar hasta el último rincón de la refinería de Muskiz no parece tarea sencilla. Además de kilómetros de tuberías, cuenta con 21 torres-chimenea, una de ellas supera en altura al edificio más alto de Euskadi, la Torre Iberdrola, 165 metros frente a 222 metros. Es una pugna entre las dos principales compañías vascas que además de ser las más relevantes del País Vasco se convierten en los principales contribuyentes de las arcas de la Hacienda foral vizcaína. Sólo Petronor realiza cada ejercicio una aportación tributaria que ronda los 800 millones de euros.

Repsol, propietaria al 86% de Petronor, -el 14% es de la BBK, las cajas de ahorro vascas- continua siendo el verdadero motor energético para el País Vasco. Cuando fue inaugurada en 1968 su capacidad de producción rondaba los 6 millones de toneladas de crudo, hoy casi las ha doblado, con una capacidad máxima de 11 millones. A ellos ha contribuido la aportación hecha para la ampliación de las instalaciones del Puerto de Bilbao, con el que una red oleoductos que comunican la terminal marítima con la planta ubicada a escasos dos kilómetros del mar.

Petronor aporta cada año 800 millones en impuestos a la hacienda foral vizcaína

Una parada que ha requerido no sólo una concienzuda planificación en la refinería, que funciona a un 25% de su capacidad, sino sobre todo de organización. Así, se han tenido que habilitar aparcamientos complementarios, implicar a restaurantes y servicios de hostelería de la zona y coordinar con las instituciones vizcaínas todo el operativo. Ha convertido la que es su primera parada general de la refinería, en un acontecimiento en el que no ha faltado un amplio merchandising del evento. El empeño de la compañía petrolera por publicitar y hacer partícipe de ello a todo su entorno local responde además a un intento por minimizar la mala imagen en los municipios de la zona, principales víctimas de los últimos episodios de emisiones molestas denunciadas por los vecinos en los últimos años. Así, ha subrayado el impacto económico que tendrá para la zona la llegada de miles de trabajadores y que sólo en los restaurantes y la hostelería de todo su área ha cuantificado en cerca de 50.000 menús. La petrolera ha financiado incluso el diseño conmemorativo de la parada en mantelerías individualizadas y ha editado 12.000 folletos explicativos de lo que se hará en la planta a lo largo del próximo mes y medio. Con una amplia campaña de información, a ello suma el objetivo prioritario que se busca con la implantación de nuevas innovaciones y que pasan por mejorar los niveles de seguridad y reducción de emisiones de la refinería, así como mejorar los índices de eficiencia energética.