McDonalds, Kentucky Fried Chicken y Burger King. Las tres mayores franquicias del mundo son de comida rápida. No hay ensaladas, ni zumos ni batidos detox que planten cara a las hamburguesas. Al menos de momento. Según el top 100 de la consultora internacional Franquicia Directa, entre las 100 mayores franquicias del mundo en 2017, 36 son de comida rápida y postres (helados fundamentalmente).

En España, el menú es similar. Según los estudios de la Asociación Española de Franquiciadores, la comida rápida es el sector, dentro de la restauración, que lidera con diferencia. Estas franquicias arrasan en términos de empleo, en facturación y en número de locales.

Según el último estudio publicado, de 2015, la comida rápida acapara el 48% del negocio de las franquicias de restauración, con 2.642 millones de euros. En cuanto a empleo, en 2015 trabajaban 29.721 personas en estos establecimientos, que suman 2.659 en toda España (el 31% del total de franquicias de restauración).

Los datos de 2016, que la Asociación Española de Franquiciadores presentará a mediados de mes, vuelven a apuntar en la misma dirección: la comida rápida es el segmento de la restauración que más creció el año pasado, con un aumento tanto de enseñas, como de empleos y facturación, con más de 2.800 millones de euros.

En general en España, los primeros puestos de las franquicias por número de establecimientos los ocupan supermercados (Covirán, Día y Eroski), pero la restauración se cuela en el top 10 gracias a la comida rápida. Telepizza, Burger King y McDonalds, aparecen en los primeros puestos del ranking elaborado por la consultora Barbadillo y Asociados.

¿Qué pasa entonces con lo eco? Aunque es cierto que los usuarios están cada vez más interesados por comer más sano (no en vano la venta de productos bio crece a un ritmo del 25% anual), aún le queda camino por recorrer para instalarse entre las principales franquicias de  restauración. "Son las propias cadenas de comida rápida las que están incluyendo una oferta de productos más sanos para adaptarse a la demanda del consumidor, pero a los establecimientos de comida exclusivamente saludable aún no les ha llegado el momento", dice Xavier Vallhonrat, presidente de la Asociación Española de Franquiciadores (AEF).

La comida saludable ya probó suerte con las franquicias hace alrededor de una década. Lo recuerda Santiago Barbadillo, presidente de la consultora Barbadillo y Asociados: "Lo intentó 'Fast Good', pero se enfocó a un público más selecto y era un momento inoportuno". Pero el experto cree que ahora sí ha llegado la oportunidad a esa comida más sana, que está adquiriendo cada vez más presencia dentro de lo que se entiende como cómida rápida. No obstante, reconoce que aún no plantan cara a las tradicionales: "Son conceptos muy asentados que tienen su nicho de mercado y ni están frenando ni han tocado techo", reconoce Barbadillo.

Claves del triunfo de la comida rápida

Lo primero, la crisis le resbaló. "Las cadenas de comida rápida no se enteraron de que había crisis", afirma Vallhonrat, "quizás hicieron ofertas más agresivas y ahora hacen apuestas más elaboradas con un coste algo mayor".

Es decir, adaptación. "Las cadenas de comida rápida no se han mantenido solo por el precio, también porque han sabido adaptarse a las necesidades del consumidor", dice el presidente de la AEF.

Supieron mimar al público infantil. "Se iban ganando al consumidor del futuro", indica Vallhonrat, que sitúa la franja del público de comida rápida entre los cinco y los 25 años aproximadamente.