La Torre Agbar, obra del arquitecto Jean Nouvel y emblema de la Barcelona más nueva es la carta en la manga del Gobierno para conseguir que la Unión Europea opte por la capital catalana como nueva sede de la Agencia Europea del Medicamento, EMA en sus siglas en inglés. Una candidatura que ha conseguido sumar en un mismo proyecto al Gobierno, la Generalitat y el Ayuntamiento para captar una agencia europea que ha generado en su actual sede de Londres un ecosistema de 1.600 empresas ligadas a la industria farmacéutica.

La captación de la EMA, que los ingleses se resisten a perder pese al Brexit,  es uno de los proyectos que Mariano Rajoy esgrimió en su última vista a Barcelona como muestra del compromiso de su Gobierno con Cataluña, y el único que no levantó suspicacias entre las administraciones catalanas.

La ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, el conseller de Sanidad, Antoni Comín, y la alcaldesa Ada Colau, han acordado esta tarde el primer paso en la construcción de esa candidatura, la sede. La Torre Glorias, con 33.000 metros cuadrados, cumple todos los requisitos técnicos para albergar la Agencia y el grupo de trabajo que impulsa la candidatura ha pactado con su propietario, Merlin Properties, que mantendrá la exclusividad del edificio para la EMA hasta junio, cuando la UE debe resolver la futura ubicación de la Agencia.

Las atribuciones del organismo

La EMA es la agencia responsable de la autorización para su dispensación a los ciudadanos de los medicamentos que se consumen en el ámbito de la Unión Europea, así como de supervisar que se cumplen los requisitos de elaboración y seguridad de los mismos.

También vigila los efectos de dicho consumo una vez que los fármacos llegan al mercado. Su importancia estratégica y comercial de la EMA es, en consecuencia, indudable y así lo entienden Ámsterdam, Francfurt y Copenhage, que compiten con Barcelona por acoger su sede.

Entorno a la Agencia ha crecido en la capital británica un ecosistema de 1.600 empresas que los responsables de la candidatura española esperan atraer ahora a Barcelona. Además, la EMA, con casi 900 profesionales altamente cualificados en su plantilla, acoge una media de 40.000 visita anuales.

La EMA emplea a 900 profesionales y ha llevado a Londres 1.600 empresas y 40.000 visitas anuales

Un auténtico caramelo para la industria farmacéutica radicada en Barcelona, que en la actualidad ya ocupa a 21.000 personas y recibió 340 millones en inversiones de I+D en este sector. Una cifra minúscula si se compara con los 27.920 millones que invierte la industria farmacéutica europea en su conjunto y los 32.410 millones de la estadounidense.

La primera piedra de ese compromiso se puso en la reunión que el 3 de abril acogió la Delegación del Gobierno en Cataluña, en la que participaron la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el conseller de Sanidad de la Generalitat, Toni Comín, además del secretario general de Sanidad, Javier Castrodeza, y el delegado del Gobierno, Enric Millo. PP, ERC y EnComú-Podem remando a una para conseguir el primer fruto del Brexit para España.

Las tres administraciones se comprometieron a trabajar coordinadas tanto en el trabajo externo de promoción de la candidatura barcelonesa como en el interno de preparación de esa candidatura. Un proyecto que debe estar listo en junio, cuando el Gobierno confía en que se abra el plazo de presentación de candidaturas para la EMA, aunque la Unión Europea todavía no ha fijado los plazos del proceso, pendiente de la negociación del Brexit.

Candidatura repetida

A favor de la capital catalana juega su importante industria farmacéutica, 90 laboratorios y el 4% del sector en Cataluña, aunque Madrid ha ganado terreno hasta empatar con esta comunidad en los últimos años, y el hecho de que ya compitió por su sede en 1995, cuando quedó segunda por detrás de Londres.

En contra, la inestabilidad política que hace temer el proceso soberanista. Por eso el gobierno ha sido claro con sus socios en esta materia: todos a una y ni mención al procés si quieren hacerse con la sede de la agencia. No en vano, el Gobierno ha desestimado en este empeño las tímidas candidaturas de Málaga y Santiago de Compostela.