Alberto Palatchi, una de las grandes fortunas españolas con un patrimonio estimado en 750 millones de euros, según Forbes, pone en venta Pronovias, un referente de la moda nupcial pret-a-porter en el mundo. El equipo de banca de inversión del americano JPMorgan se ha hecho con el mandato de una operación que se podría cerrar en más de 500 millones, según ha podido saber El Independiente.

El empresario catalán, que un principio valoraba la venta de una participación minoritaria del 30%, está dispuesto ahora a desprenderse del 100% del grupo, según fuentes próximas al proceso que aseguran que el mandato de JPMorgan está abierto a la venta total de la empresa. Fuentes oficiales de Pronovias insisten, no obstante, en que el objetivo es exclusivamente deshacerse del 30% para financiar la expansión en EEUU.

El objetivo de Palatchi es lograr un precio de en torno a 12 veces ebitda (resultado bruto de explotación), por lo que, teniendo en cuenta que este ratio ronda los 50 millones de euros, el empresario aspiraría a lograr 600 millones por la venta de toda la compañía, indican fuentes conocedoras del proceso. Sin embargo, las mismas fuentes consideran que la cifra de venta quedará algo por debajo, oscilando entre 9,5 veces y 11,5 veces ebitda, es decir, entre 475 y 575 millones. Si finalmente opta por dar entrada a un socio con el 30% del capital, ingresaría entre 140 y 170 millones a los múltiplos señalados.

La cifra de venta oscilaría entre 9,5 y 11,5 veces ebitda, es decir, entre 475 y 575 millones, si se vende todo el grupo

Entre los fondos que podrían estar interesados en Pronovias figuran los capital riesgo PAI, Advent, CVC y L Catterton, entre otros. Fuentes próximas al proceso señalan que la operación podría cerrarse antes de verano. De momento, está en la primera fase y los potenciales compradores están analizando el libro de venta de la compañía.

Los motivos que han llevado al magnate de la moda nupcial a colgar el cartel de se vende en el imperio que comenzó su padre en 1922 son inciertas, pero diferentes fuentes apuntan la confluencia de motivos personales: Palatchi se divorció el año pasado de Susana Gallardo, que ocupa la vicepresidencia de Pronovias. El relevo generacional también está en el punto de mira del empresario. Tiene 68 años y, al parecer, sus hijos no están especialmente motivados para llevar las riendas de la compañía.

Pronovias Fashion Group, que factura en torno a 200 millones de euros, tiene presencia en un centenar de países, dispone de más de 155 tiendas -además de 4.000 puntos de venta- repartidos por todo el mundo y una plantilla de 850 profesionales.

La sede del grupo está en El Prat de Llobregat, a pocos kilómetros de Barcelona. Se trata de un complejo de 55.000 metros cuadrados, repartido en tres edificios y diseñado para que la luz del sol no altere los diferentes tonos de blanco de los tejidos. Las prendas de Pronovias se distribuyen a las tiendas desde este centro logístico. A nivel internacional, hay tres puntos de logistíca más en Hong Kong, Brasil y EEUU.

Historia de un grupo centenario

Pronovias tiene su origen en El Suizo, una tienda barcelonesa especializada en encajes, bordados y tejidos de seda de alta calidad fundada por Alberto Palatchi Bienveniste en 1922. Lo que empezó como un negocio familiar se convirtió años después en Pronovias.

En 1964, con la incorporación de Alberto Palatchi Ribera, la compañía fue pionera en la creación de los principios del prêt-à-porter a la moda nupcial. Fue una revolución en la época, ya que hizo accesible los vestidos de novia para todas las mujeres.

La compañía dio sus primeros pasos fuera de España en 1977. Comenzó su aventura internacional en Holanda, con la creación de la primera franquicia de novia. En los años noventa desembarcó en el mercado norteamericano y en el asiático.

Desde los años 70, Pronovias cuenta con una red de 79 franquicias. La firma cuenta además con 44 tiendas propias en las principales capitales de la moda. En 2002 inauguró una flagship store en París. Después siguió Londres, con un primer local en un edificio victoriano situado en New Bond Street. En 2008 fue el turno de su buque insignia en Nueva York, un inmueble de siete alturas situado en la calle 52, entre la Quinta Avenida y Madison. Después vinieron Dubai y México en 2008, Milán en 2009, Tokio en 2011 y Roma, Bruselas y Berlín en 2015.