El escándalo de las emisiones sigue creciendo. Audi se une a la lista de marcas envueltas por un fraude que ha puesto patas arriba la industria del motor.

El Gobierno alemán ha detectado un software ilícito para controlar las emisiones en el modelo A8 de la marca germana, perteneciente al grupo Volkswagen. El ministro alemán de Transporte, Alexander Dombrint, ha confirmado la información del diario Bild, que desvela que Audi habría instalado un mecanismo ilegal en sus vehículos para manipular los resultados de las pruebas de emisiones de gases nocivos.

Según ha indicado el ministro, el fraude afectaría a unos 24.000 Audi A8 con motores diésel de seis y ocho cilindros, fabricados entre 2009 y 2013, de los que la mitad se habrían vendido en el mercado alemán y el resto, mayoritariamente, en Europa.

Unos 24.000 vehículos vendidos en Alemania y Europa estarían afectados

El Gobierno ha impuesto al fabricante de coches el 12 de junio como plazo tope para presentar un plan integral para retirar estos dispositivos en todos los vehículos afectados.

Este caso reabre el escándalo de las emisiones en el grupo Volkswagen, matriz de Audi, un caso que estalló en septiembre de 2015 por el que la firma de vehículos germana se ha visto obligada a abonar más de 23.000 millones de euros en multas.

Ahora, con la acusación a Audi se abre una nueva vía de incertidumbre en torno al fabricante de autos alemán, justo cuando lo peor del escándalo de las emisiones parecía estar quedando atrás.

Así lo refrendaba la cotización de Volkswagen, que ha recuperado cerca de un 40% desde los mínimos que registró en las semanas posteriores a que Estados Unidos le acusara de haber falseado las pruebas de emisiones en sus vehículos. Pese a esta remontada, las acciones de Volkswagen aún se sitúan más de un 16% por debajo de los niveles en que se encontraban entonces.

En cualquier caso, la acusación a Audi no resulta del todo una sorpresa. Las autoridades alemanas mantenían bajo sospecha a la marca desde hacía varios meses. El pasado mes de marzo, la Fiscalía de Munich ordenó el registro de varias oficinas de la firma en Ingolstad y Neckarsulm.

Además del grupo Volkswagen, en los últimos meses, firmas como la francesa Renault y la italiana Fiat Chrysler se han visto salpicadas por el escándalo de las emisiones.