El Banco de España ha revisado al alza tres décimas sus previsiones de crecimiento del PIB hasta el 3,1 % para este año, según las proyecciones difundidas hoy por el organismo. El Banco de España también apunta que ese crecimiento se moderara hasta el 2,5 % y el 2,2 % en 2018 y en 2019, respectivamente.

El banco emisor también ha revisado sus pronósticos sobre desempleo, y prevé ahora que la tasa de paro se sitúe en el 16,5% este año y se reduzca hasta el 14,7% el próximo año.

Estas nuevas previsiones están en línea con la mejora del cuadro macroeconómico que el Gobierno prevé llevar a cabo en unas semanas, cuanto se inicie la elaboración de los Presupuestos de 2018.

El informe publicado por la institución gobernada por Luis María Linde muestra un tono optimista al calor de la buena marcha de la demanda interna, las exportaciones y, ahora sí, de las inversiones empresariales.

La tasa de paro será del 16,5% este año y bajará del 15% en 2018

El Banco de España observa un "notable dinamismo" de la economía española en lo que va de año, lo que hace prever una aceleración del crecimiento en el segundo trimestre del año, tal y como ya prevé el Gobierno. Este último estima que el PIB creció un 0,9% entre abril y junio, frente al 0,8% del primer trimestre.

Detrás está la buena marcha de las exportaciones, que habría compensado el ligero freno del consumo de los hogares por el repunte inflacionista de los primeros meses del año. En cualquier caso, el Banco de España afirma que "la intensidad del crecimiento del PIB, una vez se han visto debilitados algunos de los factores que lo habían venido impulsando en el período reciente, confirma la solidez de las bases sobre las que se asienta la actual fase expansiva".

Esto, en román paladino, quiere decir que España sigue creciendo con fortaleza una vez se van agotando los vientos de cola que sostuvieron a la economía durante el pasado año.

La institución cita como sustitutivos de estos estímulos la mejora de la competitividad y la reducción del endeudamiento privado, que, como señala, "configuran un contexto propicio para la prolongación de la actual fase de crecimiento de la actividad y el empleo".

Con todo, como contrapesos podrían actuar el cambio en la política monetaria expansiva del BCE y la expectativa de que la laxitud de las condiciones financieras y monetarias no se intensifique a lo largo del periodo de proyección. De ahí que el Banco de España extreme la prudencia y vaticine una moderación del crecimiento del hasta el 2,5% en 2018 y el 2,2% en 2019.

El efecto de la inflación sobre el consumo

Por lo que respecta a los precios de consumo, el informe espera que la ralentización del IPC observada desde el mes de marzo, relacionada con la evolución del componente energético, se prolongue a lo largo del resto del año para repuntar después de forma moderada. Esto se reflejaría en un crecimiento promedio del IPC del 2% en 2017, para moderarse al 1,3% en 2018 y repuntar después al 1,6% en 2019.

Con este telón de fondo y la ausencia de rebajadas de impuesto a la vista, el consumo privado mostraría tasas de avance elevadas, debido a la fuerte creación de empleo, aunque con un progresiva moderación. En cifras, la tasa de avance del consumo pasará del 2,7% este año al 1,5% en 2019.

Vuelve la inversión empresarial

Una de las grandes novedades del informe del Banco de España se refiere a la evolución de las inversiones privadas. Constata por fin que, tras la moderación en el avance de estas inversiones en la segunda mitad de 2016 "posiblemente" por culpa del endurecimiento del Impuesto de Sociedades aplicado a las grandes empresas para cuadrar el déficit público en esos meses, su dinamismo vuelve a repuntar.

"La robustez de la demanda final, las menores necesidades de desendeudamiento empresarial y la disponibilidad de financiación interna y externa sugieren que la inversión recobrará una pauta más dinámica a lo largo del horizonte de proyección", concreta. Y es que, según los datos aportados por el Banco de España, la inversión crecerá este año un 3,7%, cuatro décimas más de lo previsto en marzo, y la referida a bienes de equipo un 3,6%, más de medio punto porcentual más.

El déficit público en entredicho

Sin embargo, pese a la revisión de la previsión de crecimiento del PIB, el Banco de España sigue sosteniendo que el déficit público se quedará en el 3,2% del PIB este año, una décima por encima del objetivo. Este resultado, en cambio, no impedirá que el saldo negativo de las cuentas públicas se reduzca por debajo del 3% del PIB en 2018, lo que permitirá a España salir del brazo correctivo de la UE.

En el capítulo de riesgos, no hay novedades. El banco emisor sigue poniendo en foto en las posibles consecuencias del Brexit y en "una eventual intensificación de las tendencias proteccionistas que han comenzado a despuntar", puesto que ello podría acarrear consecuencias negativas para la demanda de las exportaciones españolas de fuera del área euro.