El IPC anual del mes de mayo se ha situado en el 1,9%, siete décimas por debajo de la tasa experimentado en el mes anterior, según ha confirmado el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta caída, que se ha visto acompañada de un leve descenso del 0,1% en términos mensuales, se debe fundamentalmente a un retroceso en los precios de los paquetes turísticos tras el final de la Semana Santa.
Sin embargo, el desglose de este indicador por productos muestra que los hogares podrían beneficiarse con algo más de holgura y sacar más partido a sus rentas --los productos de primera necesidad muestras descensos generalizados-- si no fuera por que la factura de la luz actúa desde el mes de enero como un verso suelto y acumula subidas de dos dígitos en términos anuales.
Y es que la fuerte subida experimentada en la factura de la luz en enero (superior al 26%) por el repunte del coste en el mercado mayorista aún se está dejando notar.
Más en detalle, los paquetes turísticos cayeron un 11,9% respecto a abril en relación al año anterior, en una senda en cierto modo paralela a los carburantes y lubricantes para vehículos particulares (-2,5%), el transporte de pasajeros (-4,4%) y los servicios de alojamiento (-1%). Esto ha empujado a una reducción del IPC.
Sin embargo, en este mes de mayo se ha observado, a contracorriente, una subida de la factura de la luz del 0,7%. Se trata del primer repunte tras tres meses de caídas, ya que en el mes de mayo el incremento alcanzó el 8%. Además, esta evolución contrasta con la estabilidad de los precios del gas.
Pero destaca, sobre todo, la comparativa anual, que muestra que el avance de los precios de la luz frente al año 2016 sigue siendo veloz. Solo en el mes de mayo, el precio final que pagan los hogares ha subido un 16,2%, igual que en abril, tras varios meses, no obstante, de subidas más moderadas.
De esta forma, pese a que los precios de la luz se han ido moderando en los últimos meses, el fuerte repunte de enero ha hecho que, a estas alturas del año, los hogares aún estén pagando un 16,2% más que hace un año por este concepto.
En cualquier caso, las caídas del precio de la electricidad en los meses de febrero a abril han dado aire a las familias, ya que, por ello, la caída acumulada en lo que va de año es del 9%. Habrá que ver cómo evoluciona la factura en los próximos meses para observar si este margen se reduce o se torna positivo.
Los alimentos de primera necesidad, más baratos
Un término común en el argot económico es el coste de oportunidad. En este caso se resume en el poder adquisitivo que podrían estar recuperando las familias en ausencia de aumentos en el coste de la luz. Y es que, si se atiende a los artículos de primera necesidad se observa una evolución favorable de los precios --de algún modo tenía que reflejarse también la caída del IPC al 1,9%--.
Por ejemplo, la inflación anual es negativa en productos como el azúcar (-2%), el Arroz (-1,4%), las pastas alimenticias (-3,6%), el pan (-0,2%), los huevos (-0,1%) o los productos farmacéuticos (-0,7%).
Otros productos siguen metiendo presión al IPC, aunque en menor medida que los precios de la luz. Es el caso de las carnes --vacuno (+0,2%), porcino (+2,8%), ovino (+1,8%), ave (+1,5%)--, los pescados frescos (+2,8%), el aceite de oliva (+4,2%), las frutas frescas (+3,2%) o las patatas (+4,9%).
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