El Grupo Eroski comienza a levantar cabeza. Lo hace mirando al futuro con cierto optimismo pero con la prudencia a la que obliga haber pasado por los peores años de su historia, en los que la deuda del gigante de la distribución llegó a rondar los 5.000 millones de euros allá por 2009. Hoy los números rojos del grupo alimentario se han logrado a reducir casi a la mitad, según ha reconocido esta mañana el presidente de Eroski, Agustín Markaide. Pese a todo ha defendido la necesidad de continuar avanzando con prudencia a medio plazo para consolidar la recuperación que ya en 2016 constató el Grupo tras cerrar con 1,5 millones de euros de beneficio el año.

Hacía años que los socios cooperativistas no repartían dividendos y por fin los recuperan. La crisis ha dejado dañada la cuenta de resultados de la cooperativa vasca, con una caída de las ventas de casi un tercio. Markaide ha puntualizado que pese a que la situación se ha logrado reconducir parcialmente aún requiere contención. En los próximos años el Grupo Eroski se ha fijado como objetivo continuar reduciendo su deuda de 2.500 millones en un mínimo de 300 millones y un objetivo ideal de hasta 500 millones. También la inversión se verá modulada Ha reconocido que el aún “alto” nivel de deuda que soporta el grupo “no nos da el nivel de autonomía que queremos”. Markaide ha estimado que a lo largo de este año y los próximos rondará el equivalente al 2% de las ventas

El Grupo Eroski moderará su inversión y abrirá 70 nuevas tiendas en propiedad y casi un centenar en régimen de franquicia este año

A ello sumará mantener un crecimiento comedido, a razón de 70 aperturas nuevas de supermercados medianos y pequeñas en régimen de propiedad y entre 80 y 100 apertura más en régimen de franquicia. La primera apuesta, la apertura en propiedad, se reservará para la región norte del Grupo –País Vasco, Navarra, Rioja, Aragón, Galicia, y Baleares- al ser la más “rentable” para el modelo de negocio que quiere impulsar el Grupo y tratarse de las comunidades autónomas con mayor renta económica del país. Las franquicias será la fórmula que se implantará en el resto del Estado.

Actualmente el Grupo Eroski cuenta con una cuota de mercado del 18% y según ha detallado esta mañana durante un desayuno informativo su presidente, la facturación ronda los 6.000 millones de euros. En todos los centros vinculados a la cooperativa de Mondragón trabajan 33.000 personas.

En su opinión superar una crisis “intensa” como la padecida se ha podido superar por su condición de cooperativa y la toma de decisiones adoptadas. En este sentido ha puesto en valor cómo los valores de la solidaridad que caracterizan al cooperativismo se han tenido que poner a prueba en multitud de empresas del Grupo Mondragón, entre ellas Eroski, “para pasar de ser una cita de valores a practicarlos”.

Competir por "el tiempo" del consumidor

Para Markaide es hora de comenzar a mirar al futuro y la estrategia para hacerlo pasa por incidir en una política de precios más ajustada y por apostar por diferenciar a Eroski en clave de “salud y sostenibilidad”, Ha recordado que fue pionero en España en las marcas blancas “hace ya 40 años” y ahora se ha embarcado en otro camino “como son los productos locales y frescos”: “Es cierto que el precio sigue siendo el principal elementos de decisión de los consumidores, por eso la clave calidad-precio será fundamental”

Una estrategia que según el presidente de Eroski a medio plazo se verá modificada por la tendencia que impulsa el mercado y el papel que en un futuro cercano jugarán las tecnologías en la compra de los consumidores. Markaide ha subrayado que el debate que ha comenzado a plantearse y el reto en el que las compañías de distribución deberán embarcarse no pasa sólo por la alimentación, sino por la gestión del tiempo de los consumidores. Ha recordado que los consumidores valoran cada vez más el tiempo y la existencia de nuevas vías para dedicar un mayor tiempo a otras actividades les alejada de “hacer la compra” en establecimientos físicos. Una realidad que tendrá efectos en el modelo y pervivencia de los supermercados. En su opinión ya lo está teniendo en los grandes centros y terminará influyendo en el modelo de “las tiendas medianas y pequeñas”: “Ahora todos tendremos que competir por ganarnos el tiempo del consumidor”.

Aparecerán agentes que no buscarán ganar dinero con la alimentación sino que sea su puerta de entrada y el cliente sólo se busque para venderle otras muchas cosas".

A todo ello ha sumado el papel que el consumidor, gracias a las nuevas aplicaciones y la redes sociales tiene  como “gendarme” del mercado, que opina, decide y puntúa. “Aparecerán nuevos operadores del mundo digital. Incluso agentes que no buscarán ganar dinero con la alimentación sino que sea su puerta de entrada y el cliente sólo se busque para captarlo por la alimentación pero venderle luego otras muchas cosas”.

Además de ese cambio de modelo, Markaide ha señalado que el Grupo Eroski se enfrenta, como el resto del sector, a retos como el demográfico, al que deberá saberse adaptar con fenómenos como el fortalecimiento de una “4º edad” a la que habrá que saber dar respuesta. También ha apuntado el reto “tecnológico” que provoca que el cliente establezca “rankings” para convertirse “en una especie de gendarme del mercado y que seguirá evolucionando a un ritmo trepidante en una década”. Por último se ha referido a el “reto sociológico” que obligará a una “hipersegmentación” del consumidor con demandas muy personalizadas y diferenciadas y que se alejan de la variable exclusiva del precio y la renta que durante años ha primado para clasificar a los clientes. “Todo esto genera oportunidades y amenazas que se debe saber aprovechar”.