Los planes de Telefónica para poner en valor y hacer caja su filial británica O2 se retrasan. La hoja de ruta que manejaba el grupo pasaba por sacar a bolsa la compañía antes de que terminara este año, pero la operación se retrasa, y de momento sin fecha concreta, para retomarla por el aplazamiento de la subasta del espectro para las comunicaciones 4G y 5G en el país.

Ofcom, el regulador británico de las telecomunicaciones, ha reconocido que las acciones legales emprendidas por BT y Three aplazarán la puja, como mínimo, hasta los primeros meses de 2018. Ofcom pretendía realizar la subasta este mismo año, pero ahora la vista del Alto Tribunal que analizará el asunto se celebrará el 5 de diciembre y no habrá una decisión hasta enero, según informó Financial Times. Si el tribunal rechaza los recursos, podría iniciarse entonces la puja. Si se imponen las tesis de las compañías, la subasta se retrasará aún más.

El reparto del espectro para desarrollar el 4G y el 5G es clave para la salida a bolsa de O2. Y hasta que no se produzca, la colocación de parte del capital de la filial queda aplazada. “O2 no vale lo mismo con espectro o sin espectro. Hasta que no se celebre la subasta ni siquiera podemos saber cuánto vale”, confirman fuentes de Telefónica. Y la salida a bolsa depende de ello.

Telefónica se ha volcado en una estrategia para reducir deuda con el objetivo de sanear el balance y garantizar el rating que le conceden las agencias de calificación. La compañía cerró el primer semestre con una deuda que rozaba los 48.500 millones de euros, y la colocación en bolsa de parte de O2 era uno de los movimientos para seguir recortarla.

El grupo presidido por José María Álvarez Pallete llegó a pactar la venta de su filial británica, pero la Comisión Europea vetó la venta de O2 al grupo Hutchinson por problemas de competencia. Ahora la compañía española pretende poner en valor su negocio británico con la salida a bolsa.