CaixaBank sigue saneando su balance a un ritmo acelerado. Ultima la venta de una cartera valorada en 700 millones de euros de activos tóxicos ligados al ladrillo, bautizada como Proyecto Tribeca, a un inversor internacional.

Ha recibido tres ofertas vinculantes del banco alemán Deutsche Bank y los fondos americanos Farallon Capital y D.E. Shaw. Se espera que la transacción, una de las más relevantes del año, se cierre en cualquier momento, confirman a El Independiente fuentes próximas al proceso.

Con esta operación, el grupo que preside Jordi Gual reduce la tasa de mora, eleva la liquidez y libera recursos para la concesión de nuevos créditos.

La exposición a activos inmobiliarios problemáticos asciende a 7.200 millones, un 44% menos que en 2013

Al cierre de septiembre, su exposición a activos inmobiliarios problemáticos se situó en 7.200 millones, un 15,6% menos que 12 meses antes. De éstos, 6.100 millones corresponden a adjudicados y 1.100 millones a crédito promotor. Desde el punto más alto, en el primer semestre de 2013, cuando los activos tóxicos alcanzaron los 12.800 millones, la entidad ha logrado una reducción del 44%.

"La mejora de los fundamentales inmobiliarios y la confortable cobertura de los saldos problemáticos del 53% apoyan la reducción gradual de la cartera de adjudicados", explicó la entidad en la presentación de resultados.

Al tiempo que el banco reduce su exposición al ladrillo, la ratio de morosidad se reduce. En septiembre, se situó en el 6,5%, frente al 7,1% del año anterior.

Como  CaixaBank, las entidades apuran las últimas horas del año para sanear sus cuentas y en los últimos días Sabadell y Sareb han cerrado algunas de las operaciones de mayor envergadura de 2017.

Ventas recientes

El fondo de pensiones de Canadá CPPIB (Canada Pension Plan Investment Board) se adjudicó la semana pasada Proyecto Voyager, una cartera de activos tóxicos por valor de casi 800 millones de crédito promotor y pymes con colateral y activos hoteleros.

En los últimos tres ejercicios, el banco que preside Josep Oliu se ha liberado de 9.000 millones de euros de créditos fallidos. Entre las últimas grandes operaciones, destacan el Proyecto Gregal, que sumó impagados por alrededor de 800 millones de euros, y Proyecto Normandy, que permitió al banco liberarse de otros 950 millones.

También la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) ha pisado el acelerador en los últimos días. El banco alemán Deutsche Bank se ha adjudicado una cartera de 375 millones de euros de deuda fallida del banco malo, mientras que el fondo americano Oaktree está a punto de hacerse con otra valorada en torno a 250 millones. Ambas carteras, denominadas Proyecto Inés y Proyecto Tambo, respectivamente,  destacan como dos de las transacciones de mayor calado de 2017 para el llamado banco malo.