La tensión política en Cataluña por el desafío independentista ha pasado una factura millonaria al turismo. El sector ha conseguido otro año récord que le reconfirma como gran locomotora de la economía española, pero el frenazo de la actividad en Cataluña –uno de los grandes destinos del país- ha supuesto un lastre que ha mermado la actividad en los últimos meses del año.

El PIB turístico ha crecido con fuerza en 2017, con un crecimiento del 4,4%, alcanzando así el octavo año consecutivo en que crece más que el conjunto de la economía y eleva su aportación hasta los 134.000 millones de euros (un 11,5% del PIB nacional), según los datos de Exceltur, el lobby turístico que agrupa a una veintena de las mayores empresas turísticas nacionales.

El PIB turístico creció un 4,4% en 2017, octavo año por encima del conjunto de la economía

Pero sin el parón en Cataluña en el último trimestre, desde la celebración del referéndum del 1-O, ese crecimiento habría sido aún mayor. El frenazo ligado a la inestabilidad política ha restado tres décimas de PIB al turismo (hasta el 4,7%), según las estimaciones de Exceltur, lo que supone una merma de 319 millones de euros de actividad turística. En el último trimestre de 2017 la actividad turística creció un 2,9%, siete décimas menos (3,6%) de lo que se habría apuntado sin el parón catalán.

No obstante, el peor de los escenarios que temían los empresarios turísticos no se ha cumplido. El sector llegó a temer que si las imágenes televisivas como las del 1-O, con cargas policiales y revueltas, hubiesen continuado hasta final de año, el zarpazo podría haber sido de entre 1.200 y 1.800 millones.

En cualquier caso, las empresas del sector siguen temiendo que Cataluña pueda ser un lastre para este año. Exceltur prevé que el PIB turístico puede crecer en 2018 un 3,3% como escenario central, pero si la tensión política en Cataluña se reproduce el crecimiento se quedaría en el 2,8%. Cinco décimas menos de PIB sectorial que supondría una pérdida de unos 924 millones de euros.