Economía

Las criptodivisas sufren un nuevo descalabro y pulverizan todas sus ganancias de 2018

Representación de las criptodivisas litecoin, ethereum y bitcoin.

Representación de las criptodivisas litecoin, ethereum y bitcoin.

La inversión estrella de 2017 comienza a convertirse en un suplicio para los inversores en los primeros compases de 2018. Las criptodivisas, encabezadas por el bitcoin, sufren este martes un nuevo descalabro y ya han visto esfumarse una cuarta parte de su valor en menos de dos semanas.

Las principales divisas digitales sufren este martes retrocesos entre el 10% y el 40% que se extienden a la práctica totalidad del mercado. De las 200 mayores criptodivisas del mundo, sólo tres evitan los números rojos, según datos de coinmarketcap.com.

Bitcoin ha perdido en las últimas 24 horas más de un 12% de su valor y ya ha visto esfumarse cerca de un 40% de su valor en sólo un mes. Por su parte ethereum y ripple restan alrededor de un 20% y un 25%, respectivamente, y acumulan fuertes pérdidas en los últimos años, tras un arranque de año fulgurante, que llevó a los expertos a hablar de una amenaza para el dominio de bitcoin.

De este modo, el valor de mercado conjunto de las más de 1.300 criptodivisas registradas ronda actualmente los 550.000 millones de dólares, frente a los más de 770.000 millones en que se valoraba el pasado 4 de enero. La capitalización actual es la más baja desde el 28 de diciembre.

El revés de este miércoles se enmarca en un escenario de crecientes temores sobre la capacidad de estas monedas para sobrevivir a la creciente presión regulatoria global. El gobierno de Corea del Sur, que ya señaló la semana pasada que estudiaba prohibir la negociación de criptodivisas, ha reiterado este martes que esta posibilidad sigue sobre la mesa.

La incertidumbre regulatoria ha sido una de las principales debilidades señaladas por los expertos a la hora de alertar sobre los riesgos de invertir en criptodivisas. Gobiernos y bancos centrales de todo el mundo han intensificado en los últimos meses sus alertas sobre este tipo de activos, que hasta la fecha han basado gran parte de su atractivo en su descentralización y la opacidad de su operativa.

Pero precisamente, esas condiciones generan tensión entre las autoridades, ya que consideran que dan pie a que estas monedas sea utilizadas para el fraude fiscal y la financiación de actividades delictivas.

El creciente interés de los inversores por estos activos ha intensificado, además, las llamadas a la prudencia entre distintos actores del mercado, que veían síntomas de burbuja en su reciente revalorización. El afamado inversor Warren Buffett ha sido uno de los últimos en advertir sobre esta situación, al presagiar que las criptodivisas tendrán un mal final.

Pérdida de control

La decisión del Ejecutivo de Corea del Sur sigue los pasos de las decisiones tomadas en China. El banco central del gigante asiático prohibió en septiembre las ofertas de financiación en criptodivisas (Initial Coin Offering, o ICO por sus siglas en inglés) y la mayoría de casas de intercambio de divisas digitales que operaban en el país tuvieron que cerrar.

Todo ese capital que estaban canalizando se desplazó entonces hacia el este, con Corea del Sur y Japón como grandes objetivos. Ese aluvión que llegó a tierras coreanas ha terminado por empujar a los reguladores financieros a plantearse muy seriamente prohibir la negociación con monedas virtuales.

China, en cualquier caso, va a seguir aplicando para poner coto a las criptomonedas. El vicegobernador del banco central del país ya ha advertido de más restricciones para acabar con todas las actividades y servicios que están relacionados con ellas, según una nota interna que se ha filtrado este martes.

La línea que está marcando el regulador de una de las economías más potentes del mundo, por mucho que sea única en muchos aspectos, va a marcar el camino que pueden seguir otras instituciones financieras.

La propia concepción de las divisas digitales, una de las virtudes que siempre se ha destacado de ellas, consiste en que escapan totalmente del control de los bancos centrales, que no pueden ejercer influencia alguna para modificar su valor.

Eso no es algo que estos organismos vayan a tolerar con facilidad, tras tanto tiempo controlando el sistema financiero mundial. Es de esperar que las restricciones continúen, aunque sí es cierto que es más complicado que las veamos en los verdaderos centros de poder como Fráncfort o en Washington.

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