La ampliación de capital que llevó a cabo Popular en 2016 se ha convertido en foco de las demandas de miles de accionistas que perdieron toda su inversión cuando Santander se hizo con todos los activos y pasivos del banco por un euro, inmediatamente después de que Europa decidiese llevar el banco a resolución.

El grupo que preside Ana Botín compensó a los inversores de Popular que habían adquirido sus acciones durante la citada ampliación con bonos de fidelización que cubren parte de las pérdidas provocadas por la resolución. Con esta acción comercial, algunas fuentes financieras interpretaron que Santander estaba reconociendo implícitamente alguna irregularidad en la colocación de nuevos títulos.

Sin embargo, Santander está defendiendo sin ambages que la ampliación que lanzó Popular, cuando Ángel Ron aún estaba al frente del banco, por importe de 2.500 millones de euros, se ejecutó cumpliendo todas las normas exigidas por los reguladores.

Santander está explicando por carta a los accionistas que reclaman su dinero que "la información económico-financiera de Banco Popular incorporada al folleto de la ampliación de capital de 2016 cumplía con el marco normativo de  información financiera aplicable y representaba la imagen fiel de la entidad, como fue confirmada por la firma de auditoría externa que emitió opinión favorable sin salvedad alguna sobre esos estados financieros".

El banco de origen cántabro también señala que "el folleto, que fue supervisado, aprobado y registrado por la CNMV, advirtió de los concretos riesgos de diferente naturaleza de la inversión, tanto los asociados al emisor como a su sector de actividad y a las propias acciones".

Junto a ello, Santander desvincula la ampliación de capital del colapso de Popular. "La resolución de Popular, acordada por las autoridades europeas competentes, es ajena a la información facilitada a los inversores en el folleto informativo de la ampliación de 2016 y, en particular, a la situación de Banco Popular que se contempló en ese momento. Se debe a hechos posteriores".

Por otro lado, la entidad defiende la intervención por parte de Europa y subraya que "la adquisición de Popular por Santander garantizó los depósitos de los clientes y la continuidad de la actividad de Banco Popular con normalidad".