Cuando el consorcio de 12 empresas españolas que llevará el tren de alta velocidad a Arabia Saudí empezó a trabajar sobre el terreno, a principios de 2012, todo el mundo pensaba que esas obras transportarían algún día a 60 millones de viajeros al año. Eso decía el estudio de mercado contratado por el consorcio Al Shula, a su vez contratado por Riad para construir el AVE entre las ciudades santas de Medina y La Meca.

Hoy se sabe que esa previsión está completamente sobredimensionada, y que las previsiones de tráfico podrían acercarse más a la cifra de 10 millones -según fuentes no oficiales- que a 60. Un desplome del tráfico que golpea completamente sobre las cuentas de Renfe Operadora y sobre las del consorcio, ya que Al Shula tendrá que operar el tren y comercializar los billetes durante un mínimo de siete años y parte de los ingresos proceden de esa vía.

El consorcio operará el AVE un mínimo de siete años, lo que afectaría a sus ingresos

Por esta razón la dirección de Al Shula ha contratado a una firma holandesa, Royal Haskoning DHV. Así lo ha anunciado algún medio digital internacional especializado en materia ferroviaria. Se trata de una multinacional con oficinas en más de 100 países y experta en aviación, construcción residencial, energía, industria, infraestructuras, transporte... La elección de Al Shula no es casual. Este medio desconoce la cuantía del contrato con la consultora de Países Bajos.

Royal Haskoning, según Railway Gazette, se ocupará de "estudiar los patrones de viaje, el perfil de potenciales pasajeros, las características económicas de los usuarios y las expectativas del cliente" de cara al servicio. El tren de alta velocidad que está haciendo el consorcio cubrirá una distancia de 453 kilómetros entre las ciudades sagradas de Medina y La Meca. A ninguna de estas dos pueden acceder los no musulmanes sunníes, aunque la estación del AVE de Medina está fuera de la circunscripción prohibida. Las otras tres estaciones -todas ellas muy suntuosas y con retrasos- son la de la Ciudad Económica Rey Abdulá (KAEC, en inglés, una localidad nueva concebida como Silicon Valley saudí), Yeda (donde está la base española) y Aeropuerto de Yeda.

La consultora holandesa revisará todas las previsiones; las cifras de peregrinos no encajan

El perfil del cliente, por lo tanto, será principalmente islámico y se ajusta a la figura del peregrino, aunque también residentes o viajes de negocio. Durante el punto álgido de la peregrinación a La Meca, el Hach a finales de agosto y principios de septiembre, la teocracia arábiga recibe un máximo de dos millones de personas. La población saudí es de 32,2 millones de habitantes, y el estudio de demanda del proyecto Haramain apunta a 60 millones de viajeros. Un dato completamente desviado.

Al parecer, las previsiones salen del contrato inicial y se encargaron a una consultora británica por encargo de la monarquía radical islámica. Sin embargo hay quien también señala a Consultrans, la empresa del ex presidente de Renfe y ex ministro de Transportes Julián García Valverde, como parte de aquel proceso. Consultrans realiza labores de consultoría ferroviaria.

La Intervención del Estado ha advertido a Renfe que el proyecto puede acarrearle pérdidas

"Las cifras originales de demanda fueron las que se proporcionaron en la adjudicación. Éste estimaba 34,6 millones de viajeros en 2018, primer año de la operación. Pero la fecha queda obsoleta tras los acuerdos de mayo", en los que se prorrogó la puesta en marcha del AVE y se obtuvo 210 millones de euros extra, indican fuentes del consorcio español. La demanda potencial era de 60 millones, algo que habría perjudicado a las 12 firmas, sobre todo a Renfe porque esos números no se prevén alcanzar ni a largo plazo. Sobre el operador público español pende la amenaza de perder dinero con el AVE a La Meca, según avisó la Intervención General de la Administración del Estado en un informe el año pasado.

A Al Shula pertenecen las empresas públicas Adif, Renfe e Ineco, y las firmas privadas Cobra (ACS), Consultrans, Copasa, Dimetronic, Imathia, Inabensa, Indra, OHL y Talgo, además de las saudíes Al Shoula y Al Rosan. El contrato rebasa los 7.000 millones de euros, incluidos los sobrecostes reconocidos, como los del pasado mes de mayo en los que Al Shula se impuso al Ministerio de Transportes saudí tras una negociación que duró seis meses. Es el contrato más caro de la historia jamás obtenido por un consorcio español en el extranjero.