Economía

Las amas de casa ‘salvan’ los datos de empleo de Pedro Sánchez

Las mujeres se dedican cada vez menos a las labores del hogar y han sostenido una población activa que permite mejorar las cifras de desempleo

Las mujeres mejoran los datos de paro.
Las mujeres mejoran los datos de paro.

La Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al tercer trimestre del año, la primera bajo el mandato de Pedro Sánchez, reflejaba una caída de la tasa de paro hasta el 14,55%, por debajo del 15% por primera vez desde el cuarto trimestre de 2008, cuando se situó en el 13,7%.

Ese fue el dato que se llevó la mayor parte de los titulares, puesto que daba la idea de una economía muy cerca de dejar atrás definitivamente la crisis. Era una creencia justificada puesto que, de hecho, un buen puñado de ayudas públicas para desempleados y jóvenes necesitados de una primera oportunidad laboral se venía supeditando desde hace años a que el paro fuese superior a ese 15% y ahora habrán de ser revisadas para decidir su continuidad.

Sin embargo, comparando la realidad contante y sonante del empleo existente en los últimos meses de 2008 y el verano de 2018 salta a la vista otro dato bien distinto, que va más allá de la desaceleración que se viene produciendo en el empleo en los últimos trimestres: España tiene hoy 527.300 ocupados menos y 119.200 parados más que entonces.

En otras palabras, el mercado laboral se encuentra en una situación peor de lo que cabría esperar a la vista de la tasa de paro del tercer trimestre. La realidad es que el Gobierno ha podido lucir una tasa de paro saneada gracias, en parte, a un silencioso movimiento interno que se ha producido en la población activa.

Para dar cuenta de la dimensión de este proceso, cabe recordar que la tasa de paro es el cociente entre el número de parados y el de personas de más de 16 años en disposición de trabajar. Por ello, cuando el paro sube, también los hace la tasa a menos que la población activa aumente en mayor proporción, en cuyo caso el peso del desempleo se diluye, y viceversa.

Lo que ha ocurrido es que, mientras que el paro es a día de hoy un 3,7% superior al número de desempleados que había al cierre de 2018, la población activa solo es un 1,7% inferior. Es por eso que la tasa de paro es aún casi un punto porcentual superior a la del cuarto trimestre de 2008.

El envejecimiento hace mella

Pero hay otra lectura: una mayor caída de la población activa habría frenado la cifra de desempleados.

Y esa caída abrupta de la población activa podría haberse producido fácilmente por el proceso de envejecimiento de la población, que ha expulsado a la inactividad a gran número de personas, sobre todo hombres.

La suerte que ha tenido España y que ha recogido Pedro Sánchez en la última EPA (su primera) es que en paralelo se ha producido una progresiva incorporación de mujeres al mercado laboral, que en décadas atrás habrían acabado figurando en las estadísticas como amas de casa, compensando el ‘agujero’ dejado por los jubilados en la población activa.

Solo así ha sido posible que la tasa de paro baje del 15% y que los medios hayan dedicado más su atención a esa cifra que al medio millón de empleos que aún faltan por recuperar tras más de 10 años de crisis.

Las cifras del proceso

De acuerdo con los registros de la EPA, en 2008 había 23.262 personas figurando como población activa. Una cifra que, tras altibajos, es hoy un 1,7% inferior. Por sexos, en cambio, el número de hombres activos se ha reducido un 6,4%, frente a un incremento de las mujeres activas en un 4,2%.

Buscando el reflejo de esta evolución dispar por género en los registros de inactivos, se observa que el número total ha aumentado en ese tiempo un 5%, hasta los algo más de 16 millones de personas. De nuevo, las diferencias por sexo saltan a la vista. Mientras que en el caso de los hombres el incremento roza el 14%, hasta los 6,6 millones de personas, en el caso de las mujeres el aumento se ha limitado a un 0,42%.

Hasta este punto, se puede resumir que la población activa no ha caído más porque las mujeres han contenido su desplome. Y es que, mientras que hay 40.500 inactivas más, en cambio, han entrado en el mercado laboral 434.300 mujeres en estos años. Fruto de esta incorporación a la actividad, el número de mujeres ocupadas ha aumentado en 225.200 efectivos, frente a 209.000 mujeres en paro.

De resultas, el medio millón de empleos que aún separan los actuales niveles de ocupación se deben enteramente a los hombres --han perdido un 6,5% de los ocupados desde finales de 2008--, mientras que hay 90.000 parados hombres menos.

Volviendo a recapitular, las mujeres están detrás de unas cifras superiores de paro respecto al cuarto trimestre de 2008, pero más aún del sostenimiento de la ocupación y de la población activa.

Las amas de casa

¿Y quién sostiene ese denominador? Analizando cómo se ha producido la subida del 5% de la población inactiva se observa que, tomando como referencia la principal causa de inactividad, los estudiantes han aumentado un 11,1%, mientras que los jubilados y prejubilados han crecido un 20,5%, con más de un millón de personas más (en su mayor parte también mujeres).

Pero salta a la vista que el número de personas inactivas por dedicarse a tareas del hogar ha descendido en estos años un 14,4%, nada menos que 645.200 personas, y que dentro de esta cifra se engloba un incremento de los varones en 70.200 personas y un descenso de 715.300 mujeres.

En total, más de 700.000 amas de casa menos que han permitido, primero sostener las cifras de población activa, repoblar la población activa, que ha aumentado en 434,300 mujeres desde 2008, aportar 225.300 ocupadas más y, eso sí, 209.000 desempleadas más también. Pero sobre todo, un trasvase de casi medio millón de personas que a día de hoy ha servido para sacar lustre a las últimas cifras del paro.

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