“No nos gusta no tener fútbol. Pero no había más remedio que renunciar. No nos era rentable”, sostiene Antonio Coimbra, que estrena su condición doble de presidente y consejero delegado de Vodafone España –tras la retirada del histórico Paco Román- en este Mobile World Congress (MWC) que arranca este lunes en Barcelona.

Vodafone decidió este verano renunciar a gran parte de los contenidos fútbolísticos en su televisión de pago. Renunció a renovar el acuerdo con Telefónica para ofrecer El Partidazo (el mejor partido de cada jornada de Liga) y la Champions por el alto coste que le suponía y la imposibilidad de rentabilizarlo.

El resultado fue que sólo entre julio y septiembre, en plena guerra de ofertas con sus grandes rivales, Vodafone perdió 66.000 clientes de televisión, 69.000 líneas fijas y 106.000 líneas de móvil. La compañía destaca que ha conseguido frenar la sangría en los últimos meses. “La pérdida de clientes está en línea con lo que esperábamos esta temporada”, dice Coimbra en un encuentro con la prensa en víspera del MWC.

Lo que pasa es que la próxima temporada previsiblemente sufrirá otra estampida de salida de clientes, cuando también deje de comercializar los ocho partidos por jornada de Liga que aún ofrece a sus clientes.

“Nuestra visión sobre el negocio del fútbol en TV sigue siendo la misma que hace un año, la misma que hizo que nos saliéramos. Pero no es para estar contento, lo ideal sería que cualquier operador pudiera tener fútbol, que cualquier usuario pudiera contratar fútbol siendo cliente de cualquier compañía”, sostiene.

Vodafone abandonó el fútbol, para centrarse en la oferta de series y cine en su TV, porque no le salían los números. “No es rentable para nosotros porque la regulación no permite que lo sea”, se queja el jefe de la compañía en España. Y es que Vodafone acusa a las reglas marcadas por la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) para calcular la reventa de los derechos entre operadores como la principal causa de su salida del negocio.

Tras la compra de Canal+ por parte de Telefónica, la CNMC fijó las normas para que el operador líder compartiera contenidos premium con sus rivales. Movistar debe permitir a sus competidores emitir la mitad de sus canales premium (estrenos de cine, series y fútbol) a un precio cuya fórmula de cálculo está establecida por el supervisor.

En el caso del fútbol, se establece un precio mínimo garantizado y un coste por cada abonado de televisión de los rivales de Telefónica (no por cada cliente que contrate el fútbol, sino por usuario de televisión tenga contratado fútbol o no). Antes del verano, Vodafone tenía 1,3 millones de abonados a su televisión de pago, pero sólo 300.000 tenían algún paquete con contenidos futbolísticos. Una desproporción que hacía que ofrecer los canales de Liga y de Champions le costara, según sus propias cifras, en torno a 960 euros por cada cliente y año, frente a los entre 420 y 450 euros que asume Telefónica y Orange por abonado.

La CNMC tiene que revisar en 2020 las condiciones impuestas a Telefónica por la compra de Canal+ y Vodafone quiere aprovechar esa ventana para intentar que el regulador cambie las normas y establezca un nuevo modelo para facilite la entrada de más empresas al negocio del fútbol en TV. “Tenemos expectativas de que la situación cambie y mejoren las normas. Quizá somos ingenuos”, apunta Coimbra.

“Vamos a seguir peleando para el modelo vaya a mejorar. Vamos a trabajar con las autoridades para mejorar esta industria, para que la situación se pueda arreglar”, apunta el presidente de Vodafone España. “Es fácil de comprobar que el mercado, tal y como está diseñado ahora, no funciona”.

Vodafone reclama que se elimine el mínimo garantizado y que la totalidad del coste sea variable, en función del número de clientes. En paralelo, la operadora roja exige una nueva fórmula que garantice que las ofertas de Telefónica son realmente replicables por los rivales y que se vigile que la compañía líder no aprovecha su dominio en televisión de pago para crecer en comunicaciones con ofertas que el resto de rivales no puede emular. “¿La probabilidad de que esto se arregle cuando la CNMC revise las condiciones? Bah… La de siempre. Pero hay que intentarlo”, señala Coimbra.