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La agónica cuenta atrás de Dia: dos meses para evitar la quiebra y obtener financiación

La agónica cuenta atrás de Dia: dos meses para evitar la quiebra y obtener financiación.

Stephane DuCharme, socio director de L1 Retail. EFE

Dia alcanza este 2019 los 40 años de historia. Pero la compañía de supermercados no alcanza la efeméride con ganas de celebraciones. Al contrario, la Junta de Accionistas celebrada este miércoles en Madrid deparó un reguero de lamentaciones suficientemente elocuente de la situación en que se encuentra el grupo.

"Nos han metido la mano en los bolsillos", denunciaba un accionista, víctima del descalabro del 90% que arrastra la cotización de la compañía desde el verano de 2017. Tras sus palabras eran audibles las protestas de los trabajadores de Dia concentrados ante la Casa de América, sede del encuentro, para mostrar su rechazo al ajuste planteado por la dirección del grupo y que amenaza con dejar en la calle a más de 1.500 empleados.

Hubo también lugar para el lamento de la dirección de Dia, encabezada por Borja de la Cierva, por el "convulso" periodo con el que les ha tocado lidiar. Y es de presumir que más serían sus lamentos a posteriori, cuando se supo que su propuesta para salvar la complicada situación del grupo había sido derrotada.

Tan solo Stephan DuCharme, representante en la reunión de LetterOne, tuvo razones para cambiar los lamentos por la alegría. El 29% del capital controlado por el máximo accionista de Dia resultó una mayoría arrolladora en un encuentro en el que tan solo se dieron cita accionistas propietarios de un 54,3% del capital.

Ni aunque el consejo hubiese obtenido el respaldo unánime del resto de accionistas presentes en la sala -cosa harto improbable- podía haber sacado adelante su plan. "Nos complace que los accionistas hayan votado a favor del acuerdo y recomendaciones de L1 Retail, abriendo el camino a la OPA", festejaba DuCharme en un comunicado remitido tras el evento.

El triunfo de LetterOne en la junta no supone una victoria definitiva para su plan de rescate

Sin embargo, el triunfo de LetterOne en la junta no supone ni mucho menos una victoria definitiva. A falta de que se publiquen los datos que muestren el apoyo exacto que tuvo su propuesta, las numerosas críticas vertidas por distintos accionistas minoritarios respecto a su plan podrían ser indicativas de que obtener el apoyo necesario para llevar a buen término su opa será muy complicado.

"Los accionistas tendrán dos opciones: aceptar la opa de L1 Retail [la división de comercio minorista de LetterOne] y vender sus acciones a un precio con prima de 0,67 euros por acción o conservar sus acciones y aceptar el riesgo de un futuro incierto para el negocio. Animamos a todos los accionistas a acudir a la opa", advertía DuCharme.

La oferta del fondo propiedad del magnate ruso Mikhail Fridman, mediante la que estaría dispuesto a pagar 0,67 euros por acción, está condicionada a su aceptación por al menos la mitad del capital al que va dirigida. Es decir, una vez que reciba la pertinente autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), necesita que accionistas propietarios del 35,5% de los títulos, acepten su propuesta. Pero en la Junta de este miércoles escasearon los mensajes de apoyo a la misma.

"Fridman, no haga negocios a costa de todos los accionistas minoritarios de Dia", exclamaba, entre aplausos, un accionista que denunciaba que la empresa ha sido sometida a un saqueo en los dos últimos años y que abogaba porque, a falta de soluciones alternativas satisfactorias, se empujara la compañía hacia la quiebra para que también bonistas y bancos acreedores compartieran parte del quebranto infligido a los propietarios de acciones.

Y sin duda este escenario apocalíptico para el Grupo Dia no resulta nada descabellado. Tras cerrar 2018 con fondos propios negativos por un valor de 98 millones de euros, la Junta de este miércoles ha supuesto el inicio del periodo de dos meses con el que la compañía contaría para subsanar esa situación contable que es causa de disolución.

Tras la Junta, el consejo se ponía a disposición tanto de LetterOne como de la banca para encontrar soluciones a la compleja situación en que se encuentra el grupo "con la máxima celeridad posible a la luz de los exigentes plazos a los que se enfrenta".

LetterOne necesita acercar posturas con los acreedores para evitar que Dia caiga en situación de insolvencia

El fondo de Fridman podría capear esta situación antes de que Dia caiga en situación de concurso de acreedores inyectando los fondos necesarios mediante algún tipo de préstamo pactado con el consejo de Dia. Pero es previsible que antes de comprometer cualquier nueva cantidad, LetterOne quiera observar avances en sus negociaciones con la banca acreedora, uno de sus grandes caballos de batalla.

Dia cuenta actualmente con líneas de liquidez por algo más de 700 millones de euros que llegan a su vencimiento el próximo 31 de mayo. Los posteriores anuncios de refinanciaciones de la deuda a más largo plazo han caído de forma conjunta con el plan de salvamento del consejo, ya que estaban condicionadas a la aprobación y ejecución de éste.

Ahora, con Fridman como el nuevo hombre fuerte de la situación, y con la urgencia de alcanzar un nuevo acuerdo para hacer frente a sus apremiantes obligaciones -en junio Dia tiene que hacer frente al vencimiento de un bono por valor de 300 millones de euros-, LetterOne y los acreedores, liderados por Banco Santander y BBVA entre otros, tendrán que sentarse a negociar para buscar un nuevo acuerdo de refinanciación.

En el momento de lanzar su opa, el magnate ruso ya expresó su intención de ejecutar, a posteriori, una ampliación de capital por valor de 500 millones de euros, siempre que fuera posible alcanzar un acuerdo con los bancos acreedores "satisfactorio". Según ha dejado entrever el propio DuCharme en declaraciones a los medios, sus intenciones pasarían por obtener un amplio periodo de carencia para la amortización de las deudas, una propuesta a la que, hasta la fecha, la banca ha prestado escasa atención, mostrando su preferencia por el plan del consejo, que había decidido apoyar mediante el alargamiento de los vencimientos. Pero la victoria de Fridman en la Junta forzará a los acreedores a escuchar sus propuestas.

La tercera vía

Todo esto, por supuesto, en tanto no aparezcan opciones alternativas. Desde el lanzamiento de la oferta de LetterOne en torno al futuro de Dia a sobrevolado la posibilidad de una contraoferta. Nombres como los de Carrefour, Lidl o Sonae han sido señalados como posibles interesados, aunque entre los expertos apenas han dado pábulo a una operación que se antojaría muy complicada, por la fuerte posición con la que cuenta ya Fridman en el capital de Dia y por la compleja situación del grupo de supermercados.

Otros intentos, como los realizados por la Asociación de Accionistas Defensores de Dia (AADD), que ha mantenido reuniones con diferentes empresarios para alentar una contraopa, han chocado contra la misma piedra.

Ahora, la asociación que dirige Rafael del Castillo y que representa a accionistas poseedores de en torno al 3% del capital de la compañía pretende promover la convocatoria de una Junta extraordinaria en la que debatir un plan alternativo, consistente en una ampliación de capital de 150 millones de euros, para resolver el actual desequilibrio patrimonial, y la constitución de una sociedad de gestión de los activos inmobiliarios del grupo, que De la Cierva desdeñó este miércoles al observar que Dia no cuenta con activos de este tipo por el monto que la AADD indica en su plan.

En cualquier caso, sea a través de Fridman o con algún movimiento alternativo, la cuenta atrás para resolver el futuro de Dia ha comenzado. Y son muchos aún los cabos sueltos que es preciso atar para evitar el desastre.

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