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Repsol se protege aún más del riesgo en Venezuela pero dice operar con normalidad

La petrolera reduce su exposición patrimonial en l país hasta los 436 millones, frente a los casi 1.500 millones que tenía a principios del año pasado.

Oficinas de Repsol.

Oficinas de Repsol. EFE

Repsol continúa con su estrategia de protegerse ante los riesgos de su presencia en Venezuela, instalada en la inestabilidad y en la incertidumbre financiera en los últimos años. El consejero delegado de la petrolera, Josu Jon Imaz, ha confirmado, en cambio que la compañía opera con normalidad en el país. Unas declaraciones realizadas antes de conocer que los líderes opositores impulsan una sublevación militar y llaman al alzamiento popular contra el Gobierno de Nicolás Maduro.

“Reafirmamos nuestra voluntad de continuar con nuestros negocios en el país como lo hemos hecho durante más de 25 años”, ha subrayado Imaz en una conferencia con analista. “Vamos a priorizar la seguridad de nuestra gente y nuestras operaciones.Trabajamos en el país con el pleno cumplimiento de las leyes locales e internacionales”.

Repsol ha reforzado su plan de recortar su exposición patrimonial en Venezuela, rebajándola al final del primer trimestre de este año en los 436 millones de euros, según se recoge en el estados financieros del grupo. El año pasado consiguió recortar fuertemente esa expasión desde los 1.480 millones con que arrancó el ejercicio hasta los 456 millones a 31 de diciembre.

“Repsol está adoptando las medidas necesarias para continuar su actividad en Venezuela, incluyendo la recepción periódica de crudo en pago de deudas, con pleno respeto a la normativa internacional de sanciones y está haciendo un seguimiento constante de su evolución y, por tanto, de los eventuales efectos que pudieran tener sobre las señaladas actividades”, destaca el grupo en la información remitida a la CNMV.

Además de la eventual sublevación que puede arrancar ahora en el país, Estados Unidos ha ampliado sus sanciones contra el Gobierno bolivariano de Caracas, singularmente amenazando a las empresas que tengan negocios con la petrolera estatal PDVSA. Desde Repsol se ha venido defendiendo que su operación se mantiene con normalidad y que su intención pasa por continuar en un país en el que está desde hace 25 años.

Repsol sufrió el año pasado un auténtico zarpazo en sus cuentas por su presencia en Venezuela. La petrolera obtuvo un beneficio récord de 2.341 millones de euros, el mayor de los últimos ocho años, y eso a pesar de soportar un impacto negativo de 843 millones por “saneamientos extraordinarios” en Venezuela, para cubrir el riesgo de no recuperación de los créditos, los activos fiscales y las inversiones de la compañía en el país sudamericano.

Un zarpazo que se debió al retraso  en el cobro de la petrolera estatal PDVSA y al aumento del riesgo de crédito (-630 millones de euros) y, por otro lado, al aumento de la tasa de descuento (del 37,6% frente al 30% en 2017) y los cambios en los planes de explotación de las empresas en las que participa en el país (‐205 millones de euros).

Además, la petrolera comandada por Josu Jon Imaz ha realizado una evaluación de la recuperabilidad de sus inversiones y del riesgo de poder cobrar lo que le debe PDVSA. Como consecuencia de este estudio, Repsol ha realizado provisiones por riesgos o deterioros reversibles de 1.159 millones de euros (316 millones para cubrir el riesgo de crédito y los 843 millones trasladados a la cuenta de pérdidas y ganancias).

Repsol está presente en Venezuela desde 1993 y actualmente tiene operaciones a través de su participación en empresas mixtas de crudo: 40% en Petroquiriquire (bloques Quiriquire, Menegrande, Barúa Motatán, todos ellos con vigencia hasta 2031) y 11% en Petrocarabobo (bloque Carabobo, con vigencia hasta 2035). También está presente en empresas licenciatarias de gas: 60% en Quiriquire Gas (vigencia hasta 2027) y 50% en Cardón IV (vigencia hasta 2036).

Todas estas inversiones del grupo se contabilizan por el método de la participación, siendo el dólar americano su moneda funcional, excepto en el caso de Quiriquire Gas, en el que el bolívar es la moneda de referencia de sus ingresos y gastos operativos, con el consiguiente impacto dada la inestabilidad económica, inflacionaria y de la divisa.

En 2018, la producción media de Repsol en Venezuela alcanzó los 62.000 de barriles equivalentes de petróleo día y sus reservas probadas al pasado 31 de diciembre ascienden a 514 millones de barriles equivalentes de petróleo. “La producción en el primer trimestre en Venezuela ha sido más alta que en el cuarto trimestre de 2018 y más alta de lo esperado”, ha apuntado Imaz en la conferencia con analistas.

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