Naturgy acelera en su apuesta por las energías renovables. La multinacional española dará un salto importante en este negocio gracias a la decidida apuesta que plasma su plan estratégico.
De entrada, hay dos cifras que dan prueba de ello. Una: en el periodo 2018-2019, la compañía que preside Francisco Reynés invertirá 955 millones para desarrollar renovables en España. Y dos: esa apuesta inversora permitirá a la empresa triplicar su capacidad instalada en energías verdes en 2022.

Sólo la inversión prevista en el periodo 2018-2019 permitirá a Naturgy elevar un 82,8% su potencia instalada en renovables en nuestro país (hasta los 2.052 megavatios).

Al inicio de este año, la compañía contaba en España con una capacidad de 1.179 megavatios consolidables en renovables. De ellos, 1.012 correspondían a energía eólica, 109 a minihidráulica y 58 MW de cogeneración fotovoltaica. En los próximos meses, la compañía ya ha anunciado que construirá diversos proyectos renovables en distintas Comunidades Autónomas en España.

La expansión dentro de las fronteras españolas discurrirá paralela al crecimiento fuera de nuestro país. El negocio internacional de generación de Naturgy lo desarrolla Global Power Generation (GPG). Esta compañía, filial del grupo español, cuenta con la participación Kuwait Investment Authority (KIA), el fondo soberano más antiguo del mundo, que posee un 25% del capital. La participación de KIA en GPG se gestiona a través de Wren House Infrastructure Management, su plataforma de inversión directa en infraestructuras.

GPG gestiona una capacidad instalada total de 4.000 megavatios. Del total de proyectos en marcha destacan la actividad eólica en México, donde la filial de Naturgy cuenta con una potencia instalada de 234 megavatios; y en Australia, donde cuenta con una cartera de 270 megavatios.

Parque eólico de Naturgy en Australia.

El continente australiano es uno de los destinos donde la compañía más ha concentrado su esfuerzo inversor. A finales del pasado año, Naturgy multiplicó por tres su presencia en la región, con la adjudicación de un parque eólico de 180 megavatios de potencia.

La empresa invertirá en su construcción 259 millones de dólares australianos (166 millones de euros). Este proyecto permite al grupo que lidera Francisco Reynés entrar en el Top 5 de los operadores renovables independientes en Australia, alcanzando una potencia renovable de casi 270 megavatios.

GPG también comenzó el pasado diciembre la explotación comercial en Brasil de las plantas solares de Guimarânia I y II. Con estos nuevos parques, la filial de Naturgy consolida su presencia renovable en Brasil con más de 150 megavatios en generación solar, tras el éxito que supuso el año pasado la construcción de las plantas de Sobral y Sertao en el estado de Piaui.

Planta fotovoltaica de Naturgy.

Estas nuevas plantas han supuesto una inversión de más de 95 millones de euros en una extensión de terreno de 143 hectáreas y han marcado un nuevo récord en el plazo de ejecución de sus más de 250.000 paneles manufacturados en Brasil (29%) y China (71%). La producción anual esperada de las plantas es suficiente para abastecer a más de 80.000 hogares y evitar la emisión de casi 100.000 toneladas de CO2 a la atmósfera.

La estrategia de Naturgy en renovables responde a la ambiciosa apuesta de la Unión Europea en materia de lucha contra el cambio climático. En 2011 confirmó su intención de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 2050 entre un 80% y un 95%, respecto al nivel de 1990. Para alcanzar este objetivo, la Comisión Europea ha aprobado unos objetivos intermedios vinculantes para los países, que incluyen una reducción de la emisiones domésticas de estos gases de al menos de un 40%; y llegar a una cuota del 35% de energías renovables en el horizonte de 2030.

Sede de Naturgy en Madrid.

Este tipo de energías están ciertamente llamadas a desempeñar un papel indispensable a la hora de avanzar hacia un balance global cero en emisiones. Parte del crecimiento que están experimentando las renovables se debe indudablemente a sus numerosas ventajas: no producen emisiones de CO2, generan pocos residuos o reducen la dependencia del exterior. No obstante, este tipo de energías presentan también algunos inconvenientes, como es el caso de su intermitencia: es decir, dependen de que haya recurso: viento o sol.

Esta característica de las renovables, unido a su incapacidad actual para almacenar la energía eléctrica en grandes cantidades, hace que estas tecnologías de generación tengan que complementarse con otras que aseguren una respuesta rápida cuando dejan de producir. Y este papel lo cumple a la perfección el gas natural, un negocio en el que Naturgy cuenta con una posición de liderazgo.