El Ministerio de Trabajo contrará de forma interina a 1.000 trabajadores para gestionar el aluvión de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs). De esta forma, el departamento que dirige Yolanda Díaz quiere reforzar el organismo encargado de gestionar estos expedientes.

Las empresas que vean reducida su actividad en relación al coronavirus pueden presentar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por fuerza mayor. Un ERTE que deberá tener el visto bueno de la administración en cinco días. Esta es una de las medidas aprobadas por el Gobierno para ayudar al sector empresarial durante la crisis sanitaria.

En esta línea, el Ejecutivo ha designado al Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) como el encargado de gestionar estos ERTEs y su flexibilización. Una tarea que aumenta su volumen día tras día y que se encuentra con un SEPE envejecido y que pierde 300 empleados de media desde 2015.

Según los datos de la memoria anual del SEPE de 2018, el organismo terminó el ejercicio con 8.897 empleados. Desde CCOO estiman una cifra inferior y advierten que “el organismo ha sufrido en los últimos años un recorte en su plantilla excepcionalmente severo. De los más de 10.200 efectivos con los que llegó a contar hace algunos años, se ha pasado a los menos de 7.900 que trabajan en la actualidad. Se ha perdido del orden del 25% de la plantilla”. El portavoz de CSIF en el SEPE, Manuel Galdeano, cifra en unos 1.100 el número de empleados que ha perdido el organismo en los últimos cuatro años.

Por ese motivo, Trabajo ya ha movilizado a las bolsas de empleo de cada provincia para que se puedan incorporar "según su disponibilidad" un millar de efectivos que ya han trabajado con anterioridad en el SEPE.

Jubilaciones

Galdeano explica a este periódico que el motivo de la reducción de personal en los últimos años son mayoritariamente las "jubilaciones". "En otras circunstancias se podía pensar en prorrogar la edad de jubilación hasta los 70, año a año, si la administración entiende que puedes hacer tu trabajo en buenas condiciones. Pero con la reforma de las pensiones, la gente ha decidido jubilarse a los 65", añade.

Por su parte, los ERTEs de las grandes empresas acumularon durante la semana pasada más de 200.000 puestos de trabajo afectados. Sólo en la Comunidad de Madrid se presentaron 13.390 expedientes.

Con esta situación sobre la mesa y las oficinas cerradas al público, el SEPE se ha visto obligado a reforzar su atención telefónica y telemática. Desde CSIF apuntan además que las personas con hijos en edad escolar, con personas dependientes a cargo o con dolencias respiratorias, oncológicas o cardíacas están trabajando desde casa, una situación que requiere de modificaciones técnicas para que estas personas puedan teletrabajar y que conlleva "complicaciones técnicas". Pese a las dificultades, el sindicato de funcionarios aplaude la decisión y comprende el retraso de la implantación de medidas, ya que "nadie estaba preparado para esto".

Refuerzo de la plantilla

Ante esta previsible situación de colapso, los sindicatos piden que se refuerce la plantilla del SEPE. CCOO reclama que “debería estar en condiciones de incorporar 2.500 efectivos de forma inmediata si se pretende que las nuevas ayudas por desempleo se abonen y ello se haga con rapidez”.

Fuentes sindicales explican que existe una situación de envejecimiento que se acentúa con el paso de los años y critican que no se haya repuesto personal. El portavoz del sindicato de funcionarios prevé una oleada de ERTEs en las próximas semanas cuando estos reciban las autorizaciones de las autoridades laborales y añade que el trabajo que les trajo la crisis "se va a quedar pequeño con la situación actual".

Una situación a la que el SEPE se enfrenta con parte de su plantilla trabajando desde casa y para la que se están preparando sistemas de contingencia para la tramitación telemática de los expedientes, además de la incorporación de 1.000 interinos.