En 2020 se heredaron 371.398 viviendas, un 15,1% menos que el año anterior. Se trata de una cifra en tendencia con el resto de transmisiones inmobiliarias, pero llamativa en un año con un exceso de mortalidad de más de 80.000 personas, según registró el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El coronavirus provocó 50.000 muertes en España a cierre de 2020, según el Ministerio de Sanidad. Además, las personas de edad avanzada fueron las más afectadas por la pandemia, por lo que podría entenderse que las herencias de viviendas hubieran crecido en 2020, pero no ha sido así.

“Es un dato que se enmarca en la caída generalizada provocada por el coronavirus”, justifica Ferran Font, director de Estudios de pisos.com. En este sentido, Font culpa a la paralización de la actividad económica durante el segundo trimestre del año de estas cifras. La compraventa de viviendas cayó el año pasado un 17,7%.

De hecho, si se observa el gráfico de evolución de las transmisiones por herencia mes a mes, se puede observar como el descenso más abrupto se produjo entre marzo y mayo. Aunque a partir de junio empezó a recuperarse, lo cierto es que en tasa interanual, las transmisiones por herencia cayeron más de un 15%.

Coincide en esta explicación Leire Ecenarro, socia de Fuster Fabra Abogados, que añade que “durante el confinamiento se paralizó cualquier proceso de este tipo”. Además, indica que “el plazo para aceptar una herencia es de 15 años” aunque Hacienda obliga al pago del impuesto de sucesiones en un plazo de 6 meses desde que se produce el fallecimiento, y se puede prorrogar un año.

En este sentido, Ecenarro valora que el descenso se haya producido, además de por la paralización del confinamiento, porque haya personas que hayan renunciado al pago de los impuestos derivados de la herencia, en cuyo caso deben renunciar a esta. Otra posibilidad, es la de las “sucesiones intestadas”.

Morir sin testamento

Las sucesiones sin testamento pueden ser “un proceso que se alargue hasta un año”

leire ecenarro, socia de fuster fabra abogados

La abogada advierte de que las sucesiones sin testamento (intestadas) pueden ser “un proceso que se alargue hasta un año”, ya que los sucesores deben comprobar las últimas voluntades del fallecido, aceptar la herencia, pagar los impuestos y toda una serie de procedimientos que pueden dilatar la transmisión.

La experta recuerda que durante los primeros meses de la pandemia se empezaron a recibir consultas relativas a los testamentos, pero muchas personas fallecieron sin poder dejar por escrito sus últimas voluntades. De hecho, según los datos del Consejo General del Notariado a los que ha tenido acceso este periódico, en 2020 la firma de testamentos fue un 4% inferior a la de 2019: de 641.369 a 616.561.

También descendieron las herencias registradas por el Notariado, de 320.999 en 2019 a 297.948 el año pasado. Se trata de un descenso del 7,18%. Fernando Gutiérrez, consultor del Centro de Información Estadística del Notariado (CIEN) explica que los datos difieren de los de Estadística porque "los datos de CIEN recogen las operaciones firmadas ante notario efectivamente realizadas en el mes de diciembre sin tener en cuenta ninguna operación anterior", es decir, la recogida de datos de ambas estadísticas se produce en "momentos temporales distintos”.

Perspectivas

El director de estudios de Pisos.com prevé que “con el aumento de las defunciones se pueda generar un aumento de las herencias y que el crecimiento vaya consolidándose como se ha visto en los últimos meses”. Además, añade que en diciembre suelen producirse descensos de todos los tipos de transmisiones de viviendas.

La socia del bufete Fuster Fabra no descarta que se produzca un “rebote en 2021” de herencias que no hayan podido transmitirse durante el año pasado.