Cada vez quedan menos días para Semana Santa y cada vez es mayor el cansancio de los ciudadanos por la pandemia. Un año después del gran confinamiento de 2020 la pandemia sigue marcando nuestra vida y la Semana Santa que nos borró del calendario la primera ola vuelve a estar sobre la mesa en forma de dilema. Los datos de la pandemia mejoran y los de la economía cada vez están peor. ¿Se puede o se deben levantar las restricciones? ¿Merece la pena?

Las autoridades sanitarias del país quieren ser restrictivas. El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud buscará la semana que viene una decisión consensuada sobre si permitirá la movilidad de los ciudadanos y, por lo tanto, reactivar económicamente las empresas vinculadas al turismo. De momento la propuesta acordada por las comunidades y Sanidad, pendiente de aprobar la semana que viene, prevé que se mantengan los cierres perimetrales y que se mantenga el toque de queda a las 22:00 horas.

La respuesta unitaria parece complicada ya que la Comunidad de Madrid, a día de hoy, permite la movilidad fuera de su territorio y quiere mantener más reducido el toque de queda.

Pese a que esta región, una de las defensoras de eliminar los cierres perimetrales durante la Semana Santa, ha esgrimido argumentos económicos para que los españoles puedan viajar, la patronal turística Exceltur considera que “el reto a día de hoy es no perder el verano”. Con un ritmo de vacunación como el actual, el sector turístico da por perdida la Semana Santa.

El vicepresidente de Exceltur, José Luis Zoreda, ha explicado que la situación de muchas empresas del sector es límite y si no reciben ayudas para mejorar su liquidez “tendrían que bajar la persiana apenas a pocos meses o pocas semanas de que pudiera estar despejándose la reactivación turística de cara al verano".

El presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos, Jorge Marichal, ha pedido mayor esfuerzo para que los turistas internacionales perciban a España como un destino “seguro”. En este sentido, ha hecho referencia a las vacaciones de verano:  “Es fundamental que los viajeros vean compromisos de que se puede empezar a pensar en reservar vacaciones en España para este verano”.

Lo que contagia no es la movilidad, sino los usos que se hacen de ella”

emilio gallego, secretario general de hostelería de españa

Desde Hostelería de España piden más rigor y evitar mensajes como “salvar” o “apostar”. El secretario general, Emilio Gallego, defiende en una conversación con este periódico que “lo que contagia no es la movilidad, sino los usos que se hacen de ella”. Gallego insiste en que un núcleo familiar que se traslade a la segunda residencia no tiene más riesgo “en su comunidad habitual que en otra”.

Sobre el debate que existe entre las distintas regiones, el secretario general de Hostelería de España opina que “está todo politizado y los enfrentamientos no ayudan ni a afrontar la pandemia ni a salvar la economía”. Gallego pone como ejemplo Extremadura, “una comunidad autónoma que no se ha cerrado y que tiene mejores resultados epidemiológicos que otras que llevan con el comercio cerrado cinco meses”. Cabe señalar que aunque Extremadura tiene mejor situación sanitaria que otras regiones, sí cerró sus municipios.

En cuanto a la adaptación de las plantillas de cara a la Semana Santa, Gallego explica que “en las zonas turísticas, los empresarios no se plantean hacer cambios” y justifica que “cada semana tiene un fin de semana donde se arruina a la hostelería”. Y es que muchas de las empresas del sector siguen con algunos de sus trabajadores en un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). ¿Qué supone modificar las condiciones de los empleados de cara a Semana Santa? “Los trámites son muy engorrosos dada la saturación de todos los organismos laborales que intervienen, y tienen que pagar las cotizaciones de sus trabajadores”, indica Luis Jiménez-Arellano, abogado responsable del área de Derecho Laboral del Bufete Mas y Calvet.

Atención a las UCI

Desde el punto de vista del epidemiólogo Pedro Gullón, cada restricción que se implementa o se relaja tiene que ir acompañada “de la situación epidemiológica del momento de esa restricción y qué consecuencias puede tener relajarla y qué consecuencias tiene en todos sentidos, epidemiológicas y sociales”, afirma. “Ahora mismo la situación epidemiológica cada vez va a mejor, con un decrecimiento cada vez más lento, porque cada vez es más difícil bajar, pero seguimos en decrecimiento”, añade.

Uno de los aspectos que preocupa a este epidemiólogo es la situación de los hospitales, “la carga hospitalaria y la carga de UCI que tenemos es bastante peligrosa, un aumento de casos ahora podría suponer un shock bastante grande para el sistema sanitario”, afirma.

Las vacaciones se pueden posponer y todavía estamos en una situación que puede volverse negativa"

Pedro Gullón, epidemiólogo

Respecto a la movilidad de la Semana Santa, a Gullón no le parece que sea una actividad que sea esencial, “las vacaciones se pueden posponer y todavía estamos en una situación que puede volverse negativa. Yo sería muy cauto, mantendría las restricciones de movilidad y retrasaría las vacaciones durante un tiempo, así ganamos tiempo respecto a la vacunación, todavía estamos en el proceso de vacunación de vulnerables”.

En particular el epidemiólogo señala la movilidad de los madrileños “ya que Madrid que es la que se prevé con más movimientos y dónde la incidencia es más alta y pueda exportar casos a otras regiones que están en descenso y han pasado una tercera ola muy complicada”.

Un verano sin restricciones

Jonay Ojeda, de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) , incide en la idea de que no podemos perder de vista todos los indicadores sanitarios y no sólo la incidencia de contagios que está bajando. "No podemos permitir que nos pase entre la tercera y la cuarta ola, lo que pasó entre la segunda y la tercera. Tenemos que seguir haciendo esfuerzos y eso no significa que desde SESPAS estemos en contra de flexibilizar algunas medidas, pero teniendo en cuenta la situación de riesgo que hemos acordado entre todas las comunidades autónomas y el ministerio, y además no todas las comunidades autónomas han actuado igual en esta tercera ola".

Con un porcentaje de población vulnerable vacunada, si hay una cuarta ola no se traducirá en presión hospitalaria y fallecimientos"

Jonay Ojeda, (SESPAS)

Para este experto lo mejor es bajar la incidencia al máximo la incidencia y vacunar al máximo de persona, especialmente a los más vulnerables para llegar lo mejor preparados al verano y la cuarta ola. Ojeda apunta que la vacunación no va a impedir una cuarta ola, "no está claro que con la vacuna se impida el contagio, pero sabemos que con las vacunas reducimos la morbimortalidad. Esto es, con un porcentaje alto de población vulnerable vacunada, si hay una cuarta ola no se traducirá en presión hospitalaria y en un mayor número de fallecimientos", explica.

Según Ojeda necesitamos tiempo para estar más fortalecidos contra una cuarta ola, si la pandemia no es tan grave en hospitalizaciones y fallecidos "no estaremos abocados a estas medidas restrictivas tan restrictivas como las de ahora que lo que buscan es disminuir nuestras interacciones para evitar contagios".