La crisis de los semiconductores y microchips está poniendo en serias dificultades a algunos de los sectores más importantes para la economía mundial. La falta de suministro de estos componentes, indispensables para la fabricación de teléfonos móviles, tablets o televisores, podría dejar a millones de personas sin su nuevo smartphone de cara a final de año.

Tal es la incertidumbre en el aprovisionamiento de teléfonos móviles que ni siquiera la líder de ventas de gadgets tienen asegurados los pedidos que vayan a realizar para después del Black Friday. Orange, tras la presentación de resultados, dejó en el aire lo que puede ocurrir de aquí a final de año con los pedidos de teléfonos puesto que la fabricación de dispositivos no está asegurada por parte de los proveedores.

“Hay que ir semana a semana porque la incertidumbre y la volatilidad es muy alta. La situación es cambiante”, admitió Diego Martínez, director de Mercado Residencial para Orange España. “La adquisición y posterior venta de teléfonos móviles está asegurada por nuestra parte hasta el Black Friday”, aseguró.

De cara a la campaña de Navidad, no obstante, desde Orange aseguran que “están negociando con los proveedores” para evitar el desabastecimiento en el último mes del año. La posición de liderazgo, a juicio de Martínez, considera que es uno de los puntos a favor con los que cuenta la compañía puesto que es la empresa que más terminales vende durante este año.

Y es que, de acuerdo a los datos aportados por la compañía durante la presentación de resultados, la compañía lleva vendidos 1,4 millones de teléfonos móviles durante estos primeros nueve meses del año mientras que ha conseguido dar salida a 1,1 millones de otros dispositivos como portátiles, televisores o consolas. 

Cierre de tiendas

Respecto al modelo de ventas de la compañía, Orange también prevé cambios significativos. La pandemia ha resultado clave para la nueva gestión y la empresa de telecomunicaciones sopesa cerrar un buen número de tiendas físicas, al igual que Vodafone, después de que hayan caído en picado las visitas a los establecimientos por parte de los clientes.

Según los datos que maneja la empresa de telecomunicaciones, las tiendas han sufrido un descenso de hasta el 25% de afluencia mientras que las compras por otras vías como la tienda online siguen incrementándose hasta un 35%.

La compañía está revisando el portfolio de 800 establecimientos que actualmente tiene en España, con el objetivo de clausurar aquellas más pequeñas o menos rentables. Por el momento, no ha trascendido el número de tiendas que podrían verse afectadas por esta medida, ya que dependerá de cómo evolucione la situación.

Además, la compañía considera que buena parte de estos establecimientos no cumplen con los requisitos necesarios para ofrecer un buen servicio de atención al cliente. “Buscamos que los usuarios puedan disfrutar de los teléfonos con pruebas, con comodidades y que tengan todo tipo de información. En algunas tiendas eso es imposible por sus dimensiones”, afirmó Martínez.