Ferrovial ha llegado a un acuerdo de exclusividad con la firma de inversión estadounidense Carlyle para comprarle el 96% de su participación en el consorcio designado para diseñar, construir y operar una nueva terminal en el Aeropuerto Internacional JFK de Nueva York.

Actualmente, Carlyle es titular del 51% de este consorcio y Ferrovial estudia la compra de un 96% de esta participación, por lo que la constructora española aspiraría a controlar el 49% del total, una participación mayoritaria puesto que los dos socios, JLC y Ullico, cuentan con el 30% y 19%, respectivamente.

Según informa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el cierre de la operación estaría sujeto a las condiciones habituales en este tipo de operaciones, entre otras a la aprobación de Port Authority, la empresa pública encargada del transporte de Nueva York y Nueva Jersey.

New Terminal One es el consorcio encargado de esta obra, que incluye las antiguas Terminales 1, 2 y 3 de este aeropuerto y sus posibles ampliaciones. Ferrovial formaría parte de los socios financieros, mientras que Aecom y Gensher de la parte del diseño y construcción.

Los promotores del proyecto esperan que esta infraestructura sirva como una puerta de entrada al área metropolitana de Nueva York y establezca un nuevo estándar de diseño y servicio, aspirando a estar entre las diez mejores terminales aeroportuarias del mundo.

New Terminal One tendrá 23 puertas, con un diseño sostenible, amplios espacios públicos con iluminación natural y nuevas tecnologías. Con más de 300.000 pies cuadrados (91 kilómetros) de espacio para restauración, tiendas, salones y recreación, promete ofrecer a los pasajeros un "lugar único" en Nueva York, con especial reminiscencia al barrio de Queens.

El anuncio de esta operación se produce apenas un día después de que Ferrovial alcanzase un acuerdo con la compañía de infraestructuras turca YDA Group para la adquisición de una participación del 60% de la sociedad que gestiona la concesión del Aeropuerto Internacional de Dalaman, en Turquía, por 140 millones de euros.