La invasión de Ucrania por parte de Rusia puede trastocar las previsiones de recuperación del sector aéreo tras la pandemia. Las líneas aéreas empiezan a notar ya un freno por la incertidumbre generada por el conflicto bélico.

"Un efecto indirecto del conflicto es que se está retrayendo un poco el nivel de reservas no sólo en las zonas limítrofes del conflicto. Estamos viendo que para venir a España, el ritmo de reservas ha bajado y la gente se está pensando dos veces reservar sus vacaciones", explica Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA).

Algunas como Iberia han declarado que el impacto que tendrá la guerra será limitado para su negocio, pues las rutas que operan hacia el mercado asiático y que atraviesan el espacio aéreo ruso todavía son escasa. Pero el contexto internacional sí puede minar la confianza de los consumidores.

En este sentido, desde la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur) creen que "si es un conflicto rápido y que no genera inestabilidad extendida a lo largo de los países europeos, podría tener un impacto relativo sobre la movilidad turística", dice el vicepresidente ejecutivo José Luis Zoreda.

Sin embargo, el presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), Jorge Marichal, considera que el conflicto de Ucrania afectará a la recuperación del turismo internacional. La guerra "puede hacer que la gente dude" a la hora de reservar, sobre todo "con algo que se puede atrasar, como es el salir de vacaciones".

Precio del combustible

Azza Chammem, analista senior de rating corporativo de Scope Ratings, destaca que la primera consecuencia de la invasión de Ucrania es que los precios del combustible "han vuelto a niveles que no se veían desde 2014, lo que afecta especialmente a las aerolíneas que no disponen de una cobertura suficiente". El barril está por encima de los 110 dólares y la tendencia parece que seguirá al alza.

"Normalmente, para estas compañías, el combustible es la primera o segunda fuente de costes, por lo que el precio del combustible para aviones ha sido durante mucho tiempo el factor determinante de la rentabilidad de las aerolíneas, representando entre el 15 y el 35% de sus costes de explotación en la última década", asegura.

Hay compañías que tienen asegurado el queroseno a un precio más bajo con contratos de futuros a un año vista. En ese caso, el impacto no va a ser tan grande, salvo en la parte que no tienen asegurada. "Pero una vez que se acaben los contratos a futuros y empiecen a pagarlo al precio que sea, lo que habrá que ver cómo de larga es la subida del precio del petróleo", reflexiona Gándara.

El consejero delegado de Ryanair, Michael O’Leary, defiende que aerolínea irlandesa de bajo coste tiene comprometido su combustible a un precio de 65 dólares el barril hasta 2023, por lo que no se verá afectada por la subida de precios del petróleo. Y el consejero delegado de IAG (matriz de Iberia) -Luis Gallego- también sostuvo tras la presentación de resultados que tienen coberturas de hasta el 75% para doce meses, por lo que no se trasladará al precio del billete. 

Pero otras como Wizz Air o Norwegian decidieron abandonar las coberturas, "lo que las deja potencialmente expuestas a costes de combustible mucho más elevados si los precios del petróleo no bajan pronto", advierte Chammem. Además, "las aerolíneas que se vean obligadas a elegir rutas más largas para evitar sobrevolar la enorme masa de tierra rusa también aumentarían el consumo de combustible", añade Chammem.

Precio del billete

Por tanto, en función de cómo evolucione la oferta y la demanda, habrá que ver si es factible que una parte de ese incremento lo soporten los consumidores y otra las compañías aéreas. "La repercusión de costes sobre el billete puede ser disuasorio para aquellos sectores más sensibles al precio. Y si no lo repercuten, estarán drenando sus márgenes empresariales", opina Zoreda.

La idea de las aerolíneas era tener ya niveles de oferta similares a los de la temporada de verano de 2019- "En función de cómo evolucione esto, habrá que ver si se pueden mantener esos niveles de oferta o, si la demanda baja mucho, si habrá que reducirla", dice Gándara.

De momento, están a la espera de ver "cómo de largo" es el conflicto y "cómo de largo es el impacto en la confianza de los consumidores". "Esto hace que el ritmo de demanda se haya parado un poco y si esto sigue así, va a ser difícil hacer incrementos de precios que retraigan aún más la demanda", añade.

En este sentido, "si este conflicto genera una cierta inestabilidad, no es momento de subir los precios si quieres mantener demanda, por lo que existe la posibilidad que estos sobrecostes a corto plazo se los tengan que tragar las compañías", concluye el vicepresidente de Exceltur.

Por su parte, desde Scope Ratings creen que "el control estricto de los costes y la maximización del margen de maniobra financiera para gestionar las tarifas y ayudar a mantener unos factores de carga favorables seguirán siendo ingredientes vitales en las estrategias de las aerolíneas europeas".