Estancamiento más inflación. Estanflación. Es decir, subidas de precios generalizadas en un momento en que la economía no avanza, está estancada. Es algo que los países avanzados solo han vivido en los años 70, pero el temor a adentrarnos en un episodio similar ha vuelto a resurgir ante el fuerte encarecimiento de los precios de los últimos meses. En España, aquel episodio llegó a provocar una inflación del 44%, además de una enorme destrucción de puestos de trabajo y empresas.

Desde hace 14 meses, los precios no dejan de subir en España. En febrero los precios subieron un 7,6%, tasa no vista desde 1986, y eso que dicha cifra aún no refleja los incrementos de los últimos días, provocados por el conflicto ucraniano. En Estados Unidos, ha escalado hasta el 7,9%, máximos no vistos desde 1982. En la zona euro, hasta el 5,8%, el mayor encarecimiento de los precios de la región de toda su historia.

Aun así, ahora mismo, los economistas coinciden en que no se dan todos los elementos necesarios para entrar en estanflación. Principalmente, porque las economías siguen creciendo, no hay estancamiento. Pero sí se dan algunos. El mundo occidental está experimentando la falta de ciertos productos básicos que impactan de lleno en la actividad macroeconómica de cualquier país, debido a que los que los producen no pueden exportarlos. Es el caso de Rusia y Ucrania con el gas, pero también con el aceite, el maíz o el trigo.

Es lo que los economistas llaman un shock de oferta negativo. En este caso, además, se suma el problema de que el mercado eléctrico repercute el precio del gas al resto de productos energéticos en toda Europa. Esto encarece la cesta de la compra a nivel general, algo que además ya venía sucediendo antes de que Rusia invadiese a Ucrania, fenómeno que ha empeorado el panorama.

"Pero esto no es estanflación. Es un shock de oferta negativo que ha generado inflación y, por ahora, crecimiento económico. Estanflación es una situación en la que durante un tiempo largo, de años o meses, vas a tener crecimiento de precios y caída de la producción o poco crecimiento económico", recalca Manuel Hidalgo, doctor y profesor de Economía en la Universidad Pablo de Olavide.

Hidalgo insiste en que la estanflación de los 70 tuvo una serie de condicionantes que ahora aún no están presentes. "Para que tengas un enorme incendio en el edificio necesitas una chispa. Esa ya la tienes, que es el shock de oferta negativo. Pero para que el edificio te arda entero necesitas que haya elementos ignífugos, que prenda, que mantengan viva la llama y que la puedan amplificar", explica.

Para que se produzca ese contagio que llene el edificio de llamas es necesaria una espiral de inflación, que las subidas de precios se trasladen a los salarios por la presión de los sindicatos. El profesor define este factor como una "condición necesaria". "Sin ella es muy difícil que haya estanflación", afirma. Esta subida de los salarios llevaría a que los empresarios la trasladasen a los precios, lo que provocaría más inflación, y vuelta a empezar.

En España, por el momento, los salarios que se revisaron el año pasado solo subieron un 1,47% y solo afectaron a 3 millones de trabajadores. En enero aumentaron un 2%. "Pero si mañana los nuevos convenios se actualizan un 8 o 9% sí se daría el caos, entonces sí que estaríamos en estanflación", señala el profesor.

Eso no significa que la situación actual no esté ya produciendo efectos extremos en la economía. Más allá de las cifras, hay quien no puede pagar tener encendida la calefacción, recuerda Hidalgo. "Hay gente no va llegar a fin de mes, hay empresas que van a cerrar. La situación es muy extrema y absolutamente negativa. Pero si queremos hablar estanflación tenemos que hablar de elementos que todavía no están, aunque ahora es una situación más probable que si me hubieras preguntado en diciembre", recalca.

¿En qué situación dejó a España la estanflación de los 70?

La crisis del petróleo de los 70 y la subida de los precios de otras materias primas provocó una situación que no se había dado antes: subidas de precios generalizadas, una inflación desbordante sin crecimiento económico. Con efectos devastadores para la economía.

La economista Alicia Coronil recuerda, también en conversación con este medio, cómo su familia intentaba luchar contra la subida de los precios, en un momento en que la espiral de salarios estaba desbocada y los tipos de interés también se situaban en cotas muy elevadas. Y cómo toda esta situación se traducía en una irrefrenable pérdida de puestos de trabajo.

Es complicado encontrar datos sobre la situación que vivió entonces España, ya que la mayor parte de las series estadísticas no llegan tan atrás, sobre todo, las de empleo y afiliación. Pero según un trabajo llevado a cabo por economistas por el 40 aniversario del Círculo de empresarios, la inflación media de 1977 se situó en el 26% -la media de 2021 fue del 3,1%-, con los tipos de interés en el 22% -ahora están rozando el 0% en la eurozona-.

La inflación llegó a ser del 44%. La crisis del petróleo se sumaba a los lastres que la economía española ya arrastraba del franquismo, por lo que esta década se llevó por delante a parte de la industria, del empleo y obligó a reconvertir buena parte de la economía.

¿Cómo se remedió la estanflación en España?

"En los 70 hubo distintas fórmulas. De la liberalización de las economías a las privatizaciones, rebajas de impuestos… en España fueron muy importantes los Pactos de la Moncloa. Tuvieron fallos, pero fueron absolutamente claves", incide Coronil, doctora en Economía por la Universidad San Pablo CEU y economista jefe de Singular Bank.

Los Pactos de la Moncloa son ahora recordados por muchos cuando Pedro Sánchez habla de un gran pacto de rentas que ayude a salir de la situación actual. Dicho acuerdo -no solo económico- que firmó el Gobierno con los principales partidos políticos, sindicatos y empresarios, logró contener la inflación e impulsar la salida de la crisis. Ahora, el Ejecutivo no habla de reeditar un pacto similar, pero sí insta a los agentes sociales a pactar subidas salariales que no generen una espiral inflacionista. Al tiempo, estos le piden que no se inmiscuya en una negociación que consideran que debe ser bilateral.

Al mismo tiempo, juegan un papel importante los tipos de interés, "la manera de los bancos centrales para cortar la dinámica, pero genera recesión y reduce y erosiona la capacidad productiva de la economía", recuerda Coronil, porque "los productos van perdiendo competitividad, exportas menos...". Subir los tipos de interés es la herramienta con la que cuentan los bancos centrales para controlar la inflación, pero supone enfriar la economía, así que hacerlo en un momento de nulo crecimiento provocaría una recesión.

Por ahora, el Banco Central Europeo es optimista y, aunque cree que la inflación media de la eurozona alcanzará el 5,1% este año, espera que quede alrededor del 2% en los próximos dos, es decir, en línea con el objetivo que se ha marcado. Los economistas consultados, por su parte, creen que la incertidumbre es demasiado grande y las diferencias con los años 70 resultan abismales para poder establecer comparaciones. Sobre todo, mientras dure la guerra en Ucrania.