Economía | Finanzas

Así es vivir en una localidad sin banco

Cerca de 4.500 municipios en España no tienen una sucursal bancaria

Imagen de archivo de una oficina bancaria

Imagen de archivo de una oficina bancaria

La falta de servicios es el principal problema de la España Vaciada. Cerca de 4.500 municipios, que engloban a algo más de 1,6 millones de españoles, no cuentan con una oficina bancaria. Un problema para una población, en su mayoría, que no está digitalizada, y que en algunos casos cuenta con malas condiciones de cobertura para poder hacer las gestiones con la banca online.

Las soluciones que tiene el 3,5% de la población española es trasladarse al pueblo o municipio más cercano, que vaya un autobús con cajero a su localidad o hacer todo por internet. En algunos municipios utilizan el servicio de cashback, es decir, de retirada de efectivo en los comercios o gasolineras. Así, el vecino del pueblo sin cajero va a alguno de los comercios paga una compra mínima y retira efectivo, como mínimo 20 euros. Esta semana ING ha vendido este servicio a Topii para llegar a más bancos.

Juana es una mujer de casi 80 años que vive en Encinacorba, un pueblo que se encuentra a 55 kilómetros de Zaragoza, y que no cuenta con oficina bancaria. Hace un par de años (no se acuerda exactamente) quitaron la oficina en su pueblo, aunque solo abrían un día a la semana y dos horas, “pero eso nos servía”, asegura.

Ahora tiene que depender de sus hijos para que le llevan con coche, ya que ella no tiene, al pueblo de al lado. “Se vive mal sin banco, porque una entidad bancaria no solo es para sacar dinero, sino que hay más trámites que tienes que hacer”, explica. Y lamenta que las cajas, que tenían una labor social, se hayan convertido en bancos, “porque ¿qué hay más social que ir una vez a la semana a un pueblo pequeño con población mayor?”.

Juana reconoce que no tienen muchos gastos en su día a día, por lo que cuando consigue ir a sacar dinero saca bastante para, por lo menos, tener para todo el mes. “Tampoco es que gaste mucho: el pan, la verdura que viene los viernes y el congelado los jueves”, apunta la vecina de Encinacorba, que no para de insistir en que se vive mal sin banco.

Más allá del efectivo, su hermano Silvestre es agricultor y tiene que cobrar la PAC todos los años, una ayuda europea que se entrega a través del Gobierno de la comunidad y que se gestiona a través del banco. “Mi hermano ha tenido que desplazarse dos veces al banco para cobrar la ayuda, una se volvió sin cobrarla porque no estaba el empleado y la siguiente casi no se la dan porque dicen que hay muchos pueblos que atender”, explica.

Pero no solo afecta a las personas mayores. Laura es una chica menor de 30 años que vive en Villares, provincia de León, una localidad que tampoco cuenta con banco. Lo más cercano que tienen la oficina bancaria es a unos cuatro kilómetros. Ella es una de las trabajadoras de esa oficina y asegura que a pesar de que ella lo tiene fácil porque trabaja en un banco, es difícil vivir en un pueblo sin banco. Además, resalta que la población de Villares está envejecida, por lo que se hace todavía más complicado.

Además, explica que las oficinas de los bancos del pueblo de al lado solo están hasta las 11, aunque la suya ha ampliado horario para atender a los mayores de 65 años. Y es que tal y como explica los mayores “no tienen ni idea de banca digital ni casi de usar el cajero, ellos prefieren entrar a la oficina y que les hagamos todo nosotros”, apunta. Por ello, considera necesario que todos los bancos amplíen sus horarios y que desde los ayuntamientos formen a las personas mayores en banca digital, “aunque los más mayores se van a negar rotundamente, pero por lo menos que tengan nociones básicas”.

Oficina sí, pero no todos los días

El municipio de Gata, que se encuentra a 108 kilómetros de Cáceres (Extremadura), sí que cuenta con oficina bancaria para sus 874 habitantes, pero no todos los días. La oficina de Liberbank abre los lunes y los jueves. A unos 20 minutos, sí que hay más oficinas de otros bancos como del Santander, La Caixa, Caja Almendralejo, “pero tienes que coger el coche y con la gente mayor las opciones se ven reducidas”, apunta Cristina Rodríguez, alcaldesa de Gata,

Asimismo, explica que los días de apertura de la oficina del municipio hay mucha gente concentrada y si hay que hacer algún trámite más complicado se satura todavía más. “Hoy en día muchos trámites se pueden hacer con la banca online, pero tenemos una población mayor que no tiene conocimientos ni tecnología para hacer esas gestiones”, apunta.

Añade que “pagar una simple factura te puede llevar días mientras esperas que te toque en la oficina bancaria”. Y es que la mayoría de los vecinos van a la caja a sacar dinero, los pensionistas a poner al día la cartilla y los negocios suelen acudir a la oficina a por cambio. Además, explica que la gente mayor no maneja la opción de los cajeros y “a veces, como ahora en Semana Santa, está averiado y no puede utilizar”.

La alcaldesa también lamenta que solo haya un banco en Gata, ya que asegura que la falta de competencia hace que el servicio y las condiciones sean peores. “Antes en Caja Extremadura te regalaban cosas cuando abrías una cuenta, ahora incluso te cobran la tarjeta de débito”, ejemplifica.

Rodríguez explica que les ha llegado una circular sobre el cobro de comisiones a las cuentas con una cantidad de dinero alta, lo que sería el caso del Ayuntamiento “lo malo es que si te niegas a esas comisiones y quieres cambiar de entidad, desde el banco dejan caer que podrían abandonar el pueblo, por lo que te ponen entre la espada y la pared”.

En conclusión, “tenemos la sensación de que el mundo rural cada día que pasa está peor atendido y poco a poco perdemos servicios necesarios que lógicamente nos arrastran al despoblamiento rural”, critica Cristina Rodríguez.

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