Es el escenario más pesimista de cuantos han contemplado las autoridades comunitarias. Si se produjera un corte total del gas procedente de Rusia el crecimiento económico de la eurozona se hundiría, sería prácticamente nulo, y dispararía la inflación por encima del 9 %.

Bruselas reconoce que sus simulaciones de escenarios mucho peores que el esperado cuentan con "importantes limitaciones", especialmente en el más negativo, porque el entorno económico está sujeto a una elevada incertidumbre derivada de la guerra rusa en Ucrania.

En todo caso, el informe de la Comisión Europea advierte de que en caso de "disrupciones a gran escala" en las importaciones de gas desde Moscú y con unos precios tanto del gas como del petróleo superiores a lo esperado, el deterioro sobre la economía europea sería "sustancial" y el ajuste a corto plazo sería "extremadamente costoso".

Limitaciones para sustituirlo

Este escenario "severo" está basado en las "limitadas posibilidades" para sustituir el gas ruso porque estas importaciones "dependen en gran medida de infraestructuras específicas", como gasoductos o terminales de gas natural licuado (GNL), así como en el hecho de que "otros países productores no pueden aumentar sus ventas lo suficientemente rápido para compensar totalmente" un corte del suministro ruso.

Preguntado por si este camino llevaría a la eurozona a una situación de estanflación (elevado incremento de los precios sin expansión económica), el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, descartó que este sea el escenario base de Bruselas, en el que no existe un "crecimiento en territorio negativo", pero reconoció que las estimaciones más pesimistas acercarían esta posibilidad. "No soy un gran defensor de la palabra estanflación porque la palabra se utilizó en circunstancias pasadas y muy diferentes, pero efectivamente tenemos una inflación muy alta y un crecimiento bastante bajo", expresó el italiano.